La menopausia, un período natural en la vida, trae consigo cambios hormonales significativos, que pueden influir en la salud mamaria y aumentar el riesgo de cáncer. De hecho, aproximadamente 80% de los casos ocurren en mujeres mayores de 50 años. De ahí la importancia de mantener una vigilancia adecuada y activa durante esta etapa.

"Algunas veces, nuestros niveles de estrógeno aumentan y esto puede causar sensibilidad en las mamas. Normalmente, la densidad suele disminuir un poco con la menopausia, porque perdemos estrógenos. Es esencial reconocer estos cambios como parte natural del envejecimiento y mantener una atención constante", destaca la doctora Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud Femenina de la Clínica Mayo y líder de la Sociedad Americana de Menopausia.

Durante esta etapa, el seguimiento tiene que mantenerse con mamografías regulares, las que tienen un papel crucial en la detección temprana para comenzar un tratamiento oportuno. "Se recomienda iniciar las mamografías a partir de 40 años, con un intervalo anual y continuar los exámenes con la misma regularidad. Además, para aquellas con mayor densidad mamaria, se sugieren análisis complementarios para alcanzar una evaluación más precisa".

Algunos factores de riesgo para cáncer de mama y ovario son la edad, antecedentes de salud reproductiva y la genética (por ejemplo, antecedentes familiares o cambios en el gen BRCA), no pueden modificarse. Sin embargo, ajustes en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, realizar ejercicio regularmente y limitar el consumo de alcohol pueden ayudar a reducirlos.