Tratamiento temprano en cáncer de esófago
Este podría incluir cirugía, radio o quimioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia. La combinación óptima dependerá del tipo, ubicación y estadio de la enfermedad.
El cáncer esofágico se origina en la capa más interna del tubo y crece hacia afuera. Sus síntomas son más complejos de detectar, por lo que podrían no presentarse en etapas tempranas y es más frecuente en hombres de más de 50 años de edad.
Los dos tipos más comunes son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma y los factores de riesgo están relacionados con el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), obesidad, mantener una alimentación basada en alto consumo de carnes, alimentos procesados y enlatados, tomar bebidas excesivamente calientes y contar con antecedentes de cáncer de pulmón, boca y garganta.
Los casos están aumentando en todo el mundo. Para la doctora Shanda Blackmon, cirujana torácica de la Clínica Mayo de Rochester en Estados Unidos, esto se debe "a la pandemia de obesidad y al incremento de ERGE".
Aunque este carcinoma es grave, las tasas de supervivencia a cinco años se han cuadruplicado en las últimas décadas. La clave está en el tratamiento temprano. "Sabemos que la sobrevida depende directamente de la etapa en la que esté el paciente".
El tratamiento podría incluir cirugía, radio o quimioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia. La combinación óptima dependerá del tipo, ubicación y estadio de la enfermedad.
"La detección precoz permite el uso de terapias de invasión mínima que pueden preservar el tubo muscular. Con esofagectomía podemos extirpar una pequeña parte del esófago o su totalidad. La manera en que lo eliminamos y reconstruimos depende de la etapa, grado del tumor y cuánto tengamos que realizar".
Tomar decisiones saludables, destaca la especialista, es la mejor prevención. Esto se hace con una dieta saludable, rica en frutas y verduras; evitando el consumo de tabaco y alcohol; al realizar actividad física, la cual podría reducir la obesidad y con ello disminuir su aparición; y, si es el caso, controlar el reflujo de ácido gástrico y otros irritantes para la garganta.
