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01 Junio 2015

El sueño que busca convertirse en realidad

Durante el Congreso chileno de medicina del sueño, realizado en Coquimbo, se remarcó la importancia de abordar los trastornos del buen dormir desde una perspectiva inclusiva y multidisciplinaria.

¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño es un estado de divinidad. El que duerme es un dios... Yo lo que tengo, amigo, es gran deseo de dormir.

El sueño es en la vida el solo mundo nuestro, pues la vigilia nos sumerge en la ilusión común, en el océano de la llamada «Realidad». Despiertos vemos todos lo mismo: vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego, las criaturas efímeras... Dormidos cada uno está en su mundo, en su exclusivo mundo: hermético, cerrado a ajenos ojos, a ajenas almas; cada mente hila su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!).

Así comienza el poema titulado “Dormir”, escrito por el literato mexicano Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz, más conocido como Amado Nervo, fallecido el 24 de mayo de 1919, hace poco más de 96 años, en Montevideo, Uruguay.

Es una sutil descripción de un estado propio del hombre, tan natural como, para un porcentaje creciente de la población, esquivo en los tiempos que corren. Sinónimo de un descanso reponedor y un relajo casi sublime, hoy, bajo amenaza constante, acechado por una serie de trastornos. La importancia del buen dormir es un hecho, pero también un problema difícil de resolver.

Y es que un sueño reparador facilita la coordinación de un gran número de funciones esenciales para la vida, entre ellas la secreción adecuada de diversas hormonas, la mantención de una correcta curva de temperatura corporal y de una adecuada ritmicidad en la presión arterial, la consolidación de la memoria y el aprendizaje, además de favorecer el crecimiento en los niños. Así lo cree la doctora Carmen Gloria Betancur, miembro del comité organizador del V Congreso chileno de medicina del sueño, realizado con particular éxito, entre el 28 y 30 de mayo, en Coquimbo.

El encuentro estuvo dirigido a médicos generales, internistas, otorrinolaringólogos, odontólogos, maxilofaciales, enfermeras, kinesiólogos, técnicos, psiquiatras, broncopulmonares, pediatras, neurólogos adultos e infantiles, psicólogos y terapeutas. Una prueba de la visión transversal y multidisciplinaria que exige este tema.

En general, existe consenso que actualmente los principales trastornos del sueño, en relación a su prevalencia e impacto en la población, son aquellos que en psiquiatría hasta hace poco se denominaban disomnias, dentro de los cuales se incluyen el insomnio, la hipersomnia, las alteraciones del ritmo circadiano (como el jet lag), los desordenes del sueño relacionados con la respiración (SAHOS) y la narcolepsia, entre otros. Con un poco menos de significancia clínica quizás, pero igualmente prevalentes, están aquellos trastornos llamados parasomnias, dentro de las cuales se encuentran, por nombrar algunos, las pesadillas, el  sonambulismo y los terrores nocturnos. Finalmente, menos prevalentes pero muy deteriorantes para los pacientes que los sufren, están los trastornos del movimiento relacionados con el sueño, entre ellos, el síndrome de piernas inquietas.

“Las manifestaciones clínicas de estos trastornos son muy variadas, dependiendo del tipo de trastorno del que hablemos, pero una característica común a casi todos ellos, es la queja subjetiva del paciente de estar durmiendo mal y/o amanecer muy cansado por las mañanas. En muchas ocasiones son los padres y/o parejas de nuestros pacientes quienes manifiestan el problema. Un ejemplo del primer caso es el sonambulismo, y del segundo, el SAHOS. En este último la queja suele ser por los ronquidos ruidosos que molestan a quien duerme al lado y el temor por las pausas respiratorias que se observan en los pacientes”, explica la doctora Betancur, actual presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño, Sochimes, agrupación organizadora del mencionado encuentro de actualización y que ya cumple 10 años de vida.

“Si bien es una ciencia relativamente nueva y, eminentemente, transversal en medicina, nos propusimos tocar en las distintas conferencias la problemática del sueño en relación a nuestro trabajo. Vivimos en una sociedad crónicamente privada de sueño y esto, directa o indirectamente, está relacionado a la manifestación de enfermedades crónicas no trasmisibles, enfermedades mentales y enfermedades del ámbito socio-laboral”, subraya el neurólogo Fernando Molt, presidente del congreso.

Ni el ser más adorado puede entrar con nosotros por la puerta de nuestro sueño. Ni la esposa misma que comparte tu lecho y te oye dialogar con los fantasmas que surcan por tu espíritu mientras duermes, podría, aun cuando lo ansiara, traspasar los umbrales de ese mundo, de tu mundo mirífico de sombras. 

¡Oh, bienaventurados los que duermen! Para ellos se extingue cada noche, con todo su dolor el universo que diariamente crea nuestro espíritu. Al apagar su luz se apaga el cosmos...continúa Amado Nervo.

Abordaje integral

Los trastornos del sueño afectan a un amplio porcentaje de la población y desde esa perspectiva no distinguen edad ni sexo. Sin embargo, hay algunos desordenes que claramente son más prevalentes en la infancia, como el sonambulismo; otros lo son en la adultez joven, por ejemplo el insomnio;  y otros en la senectud, como el avance de fase del sueño. El SAHOS es más prevalente en hombres, mientras que el insomnio es más frecuente en mujeres, pero también se manifiesta en ambos géneros, cuando existen malos hábitos, como ver televisión, comer o estudiar en la cama, además de fumar o consumir otras sustancias regularmente, incluida la automedicación con fármacos para el sueño.

“En Chile no tenemos estudios que determinen si la prevalencia va en aumento, pero claramente las consultas por este tipo de problemas son cada vez mayores, quizás porque hay un poco más de conciencia en la población acerca de la importancia del buen dormir y de lo relevante de tratar sus trastornos. Lo cierto es que el estilo de vida moderno, en el cual se privilegia la actividad hasta avanzada la noche, donde el descanso nocturno no es una prioridad social, el aumento de consumo de sustancias y los mayores índices de sobrepeso y obesidad facilitan la aparición de problemas de sueño”, asegura la doctora Betancur, cuyos primeros acercamientos a la medicina del sueño se dieron en Francia, mientras realizaba una pasantía.

Las principales patologías que pueden surgir a raíz de los trastornos del sueño, motivan la mirada de diferentes especialidades para su adecuado diagnóstico y tratamiento. Entre las enfermedades más comunes en la población debido a esta causa están las alteraciones metabólicas, la obesidad, desordenes cardiovasculares, deterioro cognitivo, cambios del ánimo y abuso de sustancias. 

Una actividad clave desarrollada durante el Congreso Sochimes fue la creación del capítulo odontológico de la sociedad científica. ¿Por qué se tomó esta decisión? Para la psiquiatra formada en la Universidad Católica “la odontología tiene mucho que decir acerca de los trastornos del sueño, pues en algunos casos de SAHOS la solución es instalar dispositivos de avance mandibular, dado que la causa del problema puede relacionarse con una retrognatia. Por otro lado está el bruxismo, que en algunos casos es bastante deteriorante, tanto dental como mentalmente para el paciente”. 

Asimismo, agrega la presidenta de Sochimes, “la medicina interna con sus subespecialidades como la medicina broncopulmonar también tienen harto que decir, en tanto que los problemas del sueño acarrean consigo trastornos metabólicos, cardiovasculares y obesidad, entre otros. La neurología y la psiquiatría son las primeras especialidades a las que recurren los pacientes con insomnio, y su abordaje, en el caso de la psiquiatría, muchas veces consiste en tratar la causa de éste, que puede ser un cuadro ansioso o depresivo. Por su parte, los neurólogos tratan los síndromes de piernas inquietas, las narcolepsias, parasomnias y el SAHOS, compartiendo campo clínico con los otorrinolaringólogos, broncopulmonares y odontólogos, en el caso del tratamiento de esta última patología”.

El castigo mayor es la vigilia: el insomnio es destierro del mejor paraíso... 

Nadie, ni el más feliz, restar querría horas al sueño para ser dichoso. Ni la mujer amada vale lo que un dormir manso y sereno en los brazos de Aquel que nos sugiere santas inspiraciones... «El día es de los hombres; mas la noche, de los dioses», decían los antiguos...prosigue Nervo.

Desarrollo conjunto

Para el otorrinolaringólogo Ariel Cisternas, jefe de la Unidad del Sueño del Instituto Nacional del Tórax, “se debe consolidar el concepto de que esta disciplina es multiprofesional, es transversal a varias especialidades y específicamente el otorrino interviene cuando se presentan problemas obstructivos nasales, faríngeos u orofaríngeos. Existe la alternativa quirúrgica en pacientes puntuales, con apneas leves, moderadas o los roncópatas. Pero como especialistas no sólo tenemos que limitarnos al aspecto quirúrgico, sino ser parte de un equipo multidisciplinario, porque hay otra infinidad de temas que también son competencia del otorrino, por ejemplo, sabemos que en algunos pacientes el tratamiento vía CPAP produce rinitis. En ese caso, nosotros debemos tratar esa rinitis. Incluso, el CPAC puede aumentar la presión y producir reflujo y nosotros también tenemos que manejar ese cuadro”.

Por esto, enfatiza el experto, “en la Unidad del Sueño del Instituto Nacional del Tórax, como centro de referencia en Chile, estamos planteando estratégicamente ser multidisciplinarios, pero no como unidad propiamente tal, sino que con alianzas, por ejemplo con el Hospital del Salvador, donde se desempeñan neurólogos y maxilofaciales, quienes se suman a la labor que hacen nuestros broncopulmonares y otorrinolaringólogos. La idea entonces es no ser los únicos, sino que marcar una pauta para que otros establecimientos públicos de salud del país puedan desarrollarse. Este crecer tiene que ser multidisciplinario”.

El desafío, evidentemente, es la integración clínica de las diferentes especialidades y el perfeccionamiento teórico-práctico en este campo. Hacía allá se tiene que trabajar. Es el sueño que se debe hacer realidad. Al respecto, la doctora Carmen Gloria Betancur sostiene que “Sochimes ofrece variados espacios formativos, a través de sus congresos y cursos, y las universidades Católica y de Chile también han avanzado mucho en esta materia. Sin embargo, aún resta mucho por hacer. La medicina del sueño es de reciente aparición en nuestro país. No tiene más de 20 años activa y nuestra sociedad recién está cumpliendo 10 años de existencia. Falta avanzar en políticas públicas que regulen mejor el tema de los trabajos y accidentabilidad asociada a los trastornos del sueño, así como también mayor cobertura para exámenes diagnósticos, como polisomnografía y poligrafía respiratoria, y para tratamientos como el CPAP, dispositivos de avance mandibular, cirugías y farmacoterapia”.

No turbes, pues, mi paz con tus discursos, amigo: mucho sabes; pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate! No quiero gloria ni heredad ninguna: yo lo que tengo, amigo, es un profundo deseo de dormir...finaliza el poeta.

Mundo Médico

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