Probióticos: pequeños aliados en salud infantil
La suplementación con bifidobacterias y lactobacilos entrega beneficios a los recién nacidos que no consumen leche materna, proporcionando un aporte bacteriano seguro, dietético e inmunomodulador.
Durante los primeros 12 meses de vida, la leche materna es la mejor opción de alimentación [1]. Esta no solo entrega una fuente ideal de nutrientes, sino que también libera inmunoglobulina A secretora (IgA, de sus siglas en inglés) y bacterias que mejoran la inmunidad pasiva y activa del lactante. Beneficios que no se encuentran en la leche de fórmula [2].
Sin embargo, la lactancia materna no es una posibilidad para todas. Por esto, han surgido diferentes maneras de optimizar las fórmulas infantiles para intentar entregar las mismas ventajas. Una de ellas, es modificar la composición y actividad de la microbiota intestinal del lactante con el fin de reflejar la de un bebé que se alimenta de la leche de su madre [2].
La suplementación con probióticos es un posible mecanismo para potenciar la tolerancia gastrointestinal, favorecer la microbiota y la capacidad de defensa del sistema inmune [1]. Se trata de microorganismos vivos que, en cantidades suficientes, tienen un efecto positivo en la salud y han sido utilizados para la prevención y tratamiento de enfermedades pediátricas [3].
Refuerzo intestinal
Particularmente, las bifidobacterias han demostrado aportar beneficios en las primeras etapas de la vida y están presentes en abundancia en la microbiota de menores amamantados [2]. En los primeros tres meses, la Bifidobacterium animalis subspecies lactis (Bb12) está entre las ocho especies más abundantes, tanto en recién nacidos prematuros como a término [4].
La suplementación de fórmulas infantiles con Bb12 proporciona a los bebés un aporte bacteriano seguro, dietético e inmunomodulador al disminuir los efectos negativos que implica la falta de lactancia materna y un parto por cesárea. Algunos estudios sugieren que este probiótico podría ayudar en la maduración del tracto gastrointestinal, reduciendo respuestas inflamatorias. Además, se ha reportado que incrementa los niveles de IgA en la materia fecal de neonatos [2].
El cólico infantil es un trastorno gastrointestinal funcional que afecta hasta un 25% de los lactantes. Si bien suele ser benigno y autolimitante, puede causar altos niveles de malestar y angustia que impactan la calidad de vida tanto de los recién nacidos como la de sus familias [5, 6]. Su patogénesis aún no es clara, pero existe evidencia que lo vincula a una microbiota intestinal inmadura [6].
Una investigación de la Universidad de Nápoles Federico II evidenció que menores que recibieron fórmula suplementada con Bb12 presentaron una reducción significativa del tiempo de llanto, una mejora en la duración del sueño y un patrón de deposiciones más regular. Con efectos clínicos desde la primera semana, se determinó que este probiótico es eficaz en el tratamiento de los cólicos [5].
Abordaje de patologías respiratorias
Las infecciones de las vías respiratorias superiores (IVRS) son muy prevalentes en la población pediátrica, representando la primera causa de mortalidad en menores de cinco años a nivel mundial. Anualmente, se estima que un niño puede tener de cinco a ocho IVRS. Congestión y secreción nasal, dolor de garganta, enrojecimiento de los ojos, tos, ronquera, irritabilidad, disminución del apetito, trastornos del sueño y fiebre son los síntomas que las caracterizan. Incluso, pueden afectar el bienestar físico [3, 7].
Dado que los antibióticos son efectivos solo en algunas de estas infecciones, la administración de probióticos emerge como una alternativa para su manejo. En un estudio realizado en el servicio de urgencias pediátricas del Ca' Granda Ospedale Maggiore Policlinico de Milán, Italia, se demostró que el uso de una mezcla (Bifidobacterium breve, Bifidobacterium lactis y Lactobacillus rhamnosus) en niños con esta condición redujo la duración de la fiebre en aproximadamente dos días, sin efectos adversos importantes [7].
En lactantes chinos de 6 a 15 meses, una investigación reveló que el uso de Bb12 en la fórmula disminuyó la incidencia de IVRS. En comparación con el grupo de control, tuvieron un 65% menos de riesgo de presentar manifestaciones. Se ha reportado que su consumo no solo modula la microbiota intestinal, sino que también aumenta los niveles de bifidobacterias y lactobacilos. En conjunto, son seguras, bien toleradas y capaces de sobrevivir al tránsito gastrointestinal [8].
Con un efecto modulador de la microbiota intestinal y fortalecimiento del sistema inmune, los probióticos muestran potencial en el manejo de enfermedades que afectan la calidad de vida de niños y lactantes alrededor del mundo.
Referencias:
[1] Chi, C. et al. (2020). Efects of a formula with a probiotic Bifdobacterium lactis Supplement on the gut microbiota of low birth weight infants. European Journal of Nutrition.
[2] Holscher, H. et al. (2012). Bifidobacterium lactis Bb12 Enhances Intestinal Antibody Response in Formula-Fed Infants: A Randomized, Double-Blind, Controlled Trial. Journal of Parenteral and Enteral Nutrition.
[3]Zhang, Y. et al. (2025). Advancements related to probiotics for preventing and treating recurrent respiratory tract infections in children. Frontiers in Pediatrics.
[4] Tremblay, A. et al. (2023). Review and Perspectives on Bifidobacterium lactis for Infants’ and Children’s Health. Microorganisms.
[5] Nocerino, R. et al. (2019). The therapeutic efficacy of Bifidobacterium animalis subsp. lactis BB‐12® in infant colic: A randomised, double blind, placebo‐controlled trial. Alimentary Pharmacology & Therapeutics.
[6] Chen, K. et al. (2021). Efficacy of Bifidobacterium animalis subsp. lactis, BB-12® on infant colic – a randomised, double-blinded, placebo-controlled study. Beneficial Microbes.
[7] Bettocchi, S. et al. (2025). Probiotics and Fever Duration in Children With Upper Respiratory Tract Infections. JAMA Netw Open.
[8] Dekker, J. et al. (2022). Comparison of two probiotics in follow-on formula: Bifidobacterium animalis subsp. lactis HN019 reduced upper respiratory tract infections in Chinese infants. Beneficial Microbes.
Dominique Vieillescazes Morán
