SIBO: cuando las bacterias se vuelven rebeldes
Un aumento anormal de la población bacteriana en el intestino delgado puede causar una variedad de síntomas gastrointestinales y sistémicos, afectando la calidad de vida de quienes lo padecen.
En el complejo mundo de nuestro sistema digestivo, un trastorno poco conocido, pero de gran relevancia, emerge como un desafío significativo para la salud gastrointestinal: el SIBO, o sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Aunque raramente mencionado en conversaciones cotidianas, la condición está en el centro de una creciente cantidad de diagnósticos médicos, y sus efectos pueden ser debilitantes.
Imaginemos por un momento que el intestino delgado, la sección del tracto digestivo donde los alimentos son absorbidos, se convierte en un campo de batalla microscópico. En lugar de ser un ambiente relativamente estéril, como debería ser, este es invadido por un ejército de bacterias rebeldes que, normalmente, residen en el intestino grueso [1].
En otras palabras, es una especie de intruso que, con su llegada, provoca síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea, malabsorción de nutrientes, deficiencias nutricionales y fatiga que, en varias ocasiones, conduce a un sobre autodiagnóstico.
Se trata de una condición compleja y a menudo subestimada, pero su impacto en la salud gastrointestinal no puede pasarse por alto. Sobre todo, cuando su sintomatología puede conducir a un sobre autodiagnóstico que, en varias ocasiones, es errado.
Sin ir más lejos, según Google Trends, en los últimos 12 meses ha habido un alza en la formulación de preguntas asociadas al SIBO en países como Argentina, España, Polonia, Uruguay y Chile [2].
La problemática
El sobre autodiagnóstico debido a la similitud sintomatológica con otros cuadros gastrointestinales han alertado a los especialistas. Esto, considerando que el tratamiento estándar -una vez realizadas las pruebas de aliento y aspirado de líquido del intestino delgado que, en ciertas ocasiones podrían no ser concluyentes- es el uso de antibióticos. Sin embargo, el problema es que, en caso de no estar justificado, pueden dañar aún más el microbioma y crear resistencias.
“Un tratamiento corto con antibióticos a menudo reduce significativamente el número de bacterias anormales. Pero pueden reaparecer cuando se suspende su administración, por lo que es posible que la terapia deba ser a largo plazo”, señalan desde Clínica Mayo.
Esta idea es compartida por el doctor Eamonn Quigley, director del Centro Underwood para Trastornos Digestivos de la Facultad de Medicina de Weill Cornell en Estados Unido, autor “El espectro del sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado”, quien llamó al SIBO como un monstruo de muchas cabezas [3].
“No es un concepto nuevo. Comenzó su vida hace décadas como una causa bien caracterizada de mala digestión y malabsorción. Ahora, se ha transformado en un monstruo de muchas cabezas que parece engullir todo lo que tiene delante (...). Necesitamos desesperadamente una metodología de diagnóstico validada y confiable, seguida de ensayos clínicos de alta calidad; solo entonces se revelará el verdadero espectro de SIBO. El cual podría no ser más que un fantasma”, explica Quigley.
Desmitificando al monstruo
Independientemente de su prevalencia, cada vez más personas experimentan distensión abdominal u otras condiciones asociadas, y se embarcan en la búsqueda de su origen, sin recurrir a un especialista.
“Probablemente, este incremento de casos esté relacionado con estrés, cambios nutricionales o uso de antibióticos. El problema es diferenciar una persona con SIBO de otra cosa”, explica Javier Santos, digestólogo e investigador del grupo de fisiología y fisiopatología digestiva del Hospital Vall d’Hebron [4].
Por su parte, Quigley señala que, sólo a través de estudios que empleen metodologías validadas “se podrá acorralar a esta misteriosa entidad”.
Existe una luz de esperanza, ya que, con la aplicación de técnicas moleculares para el estudio del microbioma del intestino delgado, junto con metodologías de muestreo innovadoras, como el de gases intestinales en tiempo real, permitirían definir verdaderamente el espectro de SIBO, relata el académico.
La educación, prudencia en el diagnóstico y tratamiento, además de una comprensión clara de la condición, son fundamentales, porque no se puede dejar un “monstruo” sin enfrentar.
Referencias
[1] Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Clínica Mayo. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/small-intestinal-bacterial-overgrowth/symptoms-causes/syc-20370168
[2] Tendencias de Google. https://trends.google.es/trends/explore?q=sibo&hl=es
[3] Quigley EMM. The Spectrum of Small Intestinal Bacterial Overgrowth (SIBO). Curr Gastroenterol Rep. 2019;21(1):3.
[4] Mouzo, J. Los males del SIBO, el exceso de bacterias en el intestino delgado que causa diarrea e inflamación. Ediciones EL PAÍS SL https://elpais.com/salud-y-bienestar/2023-07-21/los-males-del-sibo-el-exceso-de-bacterias-en-el-intestino-delgado-que- causa-diarrea-e-hinchazon.html
Por María Ignacia Meyerholz
