Un Nobel para las células T reguladoras
Desvelar el mecanismo de este subgrupo de linfocitos ha permitido entender la delicada línea entre una defensa exitosa y el riesgo de la autoinmunidad.
Cuando perdemos el control, no solamente afectamos a quienes nos rodean, también ponemos en riesgo nuestra propia integridad. Algo similar ocurre con el sistema inmunitario, un escudo que protege al organismo frente a amenazas como virus, bacterias, hongos, parásitos, células cancerígenas o sustancias extrañas [1].
El rol que cumple es fundamental para el reconocimiento y la eliminación de microorganismos invasores. Sin embargo, cuando se desregula y sus mecanismos de defensa no actúan como se espera, genera respuestas insuficientes, excesivas o autoinmunidad. Es decir, termina atacando a los órganos y tejidos del cuerpo, provocando daños irreversibles o acentuando distintas enfermedades [2].
Su adecuado funcionamiento pende de un delicado equilibrio que es clave asegurar. Ese fue el principal objetivo de los ganadores del Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2025.
Descubrimientos decisivos
Impedir que nuestras defensas nos ataquen puede parecer sencillo, pero está lejos de serlo. De hecho, los hallazgos en este campo logrados por el japonés Shimon Sakaguchi y los estadounidenses Mary Brunkow y Fred Ramsdell son considerados por el Instituto Karolinska de Suecia, que otorga el reconocimiento, como sobresalientes y una contribución para la humanidad.
¿Las razones? Según el presidente del Comité Nobel, Olle Kämpe, "sus descubrimientos han sido decisivos para comprender cómo funciona el sistema inmunitario y por qué no todas las personas desarrollan patologías autoinmunes, abriendo nuevos enfoques para el tratamiento del cáncer, el rechazo de trasplantes y trastornos como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la diabetes tipo 1" [3].
Aún es difícil dimensionar el impacto de los hallazgos. Lo cierto es que varias de las terapias inspiradas en el trabajo de los científicos se encuentran actualmente en ensayos clínicos.
De la tolerancia central a la periférica
Sakaguchi, Brunkow y Ramsdell nunca han trabajado juntos en el mismo lugar. El primero, considerado un pionero en el campo de la inmunología, ha desarrollado sus investigaciones principales bajo el alero de la Universidad de Osaka. En sus laboratorios dio un paso clave: descubrió una clase de células inmunitarias que protegen al organismo de las enfermedades autoinmunes.
Corría el año 1995 y, en aquel momento, el científico japonés rompió la idea dominante de que la tolerancia inmunitaria solo se debía a la eliminación de células peligrosas en el timo, proceso conocido como tolerancia central. ¿Cómo lo logró? Identificó un mecanismo adicional. Se trata de los linfocitos T reguladores (Tregs), los que controlan y supervisan la respuesta inmunitaria, evitando que se dirija en contra nuestra [4].
En 2001 fue el turno de Mary Brunkow y Fred Ramsdell, miembros del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle y el Sonoma Biotherapeutics de San Francisco, respectivamente. Mientras estudiaban una cepa de ratones especialmente vulnerable a enfermedades autoinmunes, lograron un avance fundamental: identificaron una mutación en el gen Foxp3, que resultó ser esencial para el funcionamiento del sistema inmunitario [5]. Luego, demostraron que las alteraciones en su equivalente humano causan una patología autoinmune grave llamada IPEX [6].
Cuando Shimon Sakaguchi, dos años más tarde, vinculó ambos descubrimientos, se completó el círculo. El japonés evidenció que el gen Foxp3 controla el desarrollo de las células T reguladoras, dando origen al campo de la tolerancia periférica y abriendo el camino para nuevos tratamientos médicos [7].
Aplicaciones clínicas
El principal propósito de las células T reguladoras, reconocidas como "guardias de seguridad del sistema inmunitario", es identificar y eliminar patógenos invasores o células infectadas. Para lograrlo utilizan proteínas en su superficie (CD4 y CD25), que a su vez pueden adherirse a otras que se encuentran sobre estos impostores.
Las células T son altamente específicas y existen billones de variaciones posibles de sus proteínas de superficie. Cada una reconoce un objetivo diferente "debido a que pueden mantenerse en la sangre durante años después de una infección, también contribuyen a la memoria de largo plazo del sistema inmunitario, permitiéndoles organizar una respuesta más rápida y efectiva cuando este queda expuesto a un viejo enemigo", explicaron los galardonados [3].
El descubrimiento tiene potencial terapéutico. Se podrían utilizar células T reguladoras para suprimir reacciones alérgicas, tratar enfermedades autoinmunes o incluso aumentar la tolerancia del sistema inmunitario a los trasplantes de órganos.
Entre las innovaciones más importantes destacan las terapias CAR-T, en las que se modifican genéticamente las células T del propio paciente para que reconozcan y destruyan células cancerígenas. Estos abordajes han mostrado una eficacia sin precedentes en leucemias, linfomas y mielomas, y actualmente se indaga en la posibilidad de generar estas células directamente dentro del cuerpo (CAR-T in vivo), lo que permitiría reducir costos y garantizar mayor accesibilidad [8].
El estudio ha permitido comprender mejor el microambiente tumoral, donde muchas veces las defensas son bloqueadas por el propio cáncer, y descubrir nuevas subpoblaciones como las Treg tímicas, claves para mantener la tolerancia inmunológica [8].
En este tema, difícilmente se pueden encontrar dobles lecturas. Sin duda, los hallazgos tienen un impacto transformador en la medicina, consolidándose como un pilar del conocimiento inmunológico actual.
Bibliografía:
[1] Koenderman L, Buurman W, Daha MR. The innate immune response. Immunol Lett. 2014 Dec;162(2 Pt B):95-102.
[2] Yasmeen F, Pirzada RH, Ahmad B, Choi B, Choi S. Understanding Autoimmunity: Mechanisms, Predisposing Factors, and Cytokine Therapies. Int J Mol Sci. 2024 Jul 12;25(14):7666.
[3] Qué son las células T, las "guardias de seguridad" del sistema inmunológico cuyo descubrimiento fue premiado con el Nobel de Medicina 2025. Nota de prensa. https://www.bbc.com/mundo/articles/cj3ydn61lz0o
[4] Sakaguchi S, Sakaguchi N, Asano M, Itoh M, Toda M. Pillars article: immunologic self-tolerance maintained by activated T cells expressing IL-2 receptor α-chains (CD25). Breakdown of a single mechanism of self-tolerance causes various autoimmune diseases. J. Immunol. 1995. J Immunol. 2011 Apr 1;186(7):3808-21.
[5] Brunkow ME, Jeffery EW, Hjerrild KA, Paeper B, Clark LB, Yasayko SA, Wilkinson JE, Galas D, Ziegler SF, Ramsdell F. Disruption of a new forkhead/winged-helix protein, scurfin, results in the fatal lymphoproliferative disorder of the scurfy mouse. Nat Genet. 2001 Jan;27(1):68-73.
[6] Bennett CL, Christie J, Ramsdell F, Brunkow ME, Ferguson PJ, Whitesell L, Kelly TE, Saulsbury FT, Chance PF, Ochs HD. The immune dysregulation, polyendocrinopathy, enteropathy, X-linked syndrome (IPEX) is caused by mutations of FOXP3. Nat Genet. 2001 Jan;27(1):20-1.
[7] Hori S, Nomura T, Sakaguchi S. Control of regulatory T cell development by the transcription factor Foxp3. Science. 2003 Feb 14;299(5609):1057-61.
[8] Nobel de Medicina 2025: el hallazgo que revoluciona la inmunología y abre nuevas vías terapéuticas. Nota de prensa. https://www.centralweb.cl/nobel-de-medicina-2025-el-hallazgo-que-revoluciona-la-inmunologia-y-abre-nuevas-vias-terapeuticas/
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
