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Sindrome De Birdshot (CB): Reporte De Un Caso

CB consensuados por un grupo internacional en

el 2006. Para el diagnóstico es imprescindible la

presencia de:

1. Al menos 3 lesiones peripapilares típicas de

Birdshot inferiores o nasales al nervio óptico

2. La afectación debe ser bilateral.

3. La inflamación en cámara anterior debe ser leve

(Tyndall

<

2+) y la vitritis también (

<

3+).

Son datos que orientan al diagnóstico de la

enfermedad: la presencia de HLA A29 positivo y la

presencia de vasculitis retiniana o edema macular

quístico. Por último, son datos excluyentes de la

enfermedad: la presencia de precipitados retro-

queráticos, sinequias posteriores y la coexistencia

con cualquier otro proceso inflamatorio, infeccioso

o neoplásico que pueda producir lesiones coroideas

multifocales.

4

El hallazgo más característico de la enfermedad

es la presencia de lesiones amarillentas profundas

de bordes mal definidos que aparecen con una

distribución radial desde el disco óptico, más

frecuentes en el sector nasal e inferior. Suele

existir una vasculitis retiniana asociada y algunos

hallazgos como edemamacular o palidez progresiva

del disco óptico son característicos de la fase

crónica de la enfermedad. Las lesiones típicas

de CB se observan mejor en la angiografía con

verde indocianina (AVI) que en la angiografía

fluoresceínica (AFG). La AVI muestra áreas de

bloqueo en las fases iniciales que pueden persistir

durante todo el angiograma, mientras que en la

AFG puede observarse exudación a partir de los

vasos inflamados y edema macular, mientras que

las lesiones hipopigmentadas características

pueden no observarse

5

. El electrorretinograma

(ERG) suele estar alterado y la campimetría

muestra una depresión general o la presencia de

escotomas. En esta enfermedad existe una fuerte

asociación con la positividad del HLA-A29 que es a

menudo considerado como confirmatorio en caso

de sospecha diagnóstica.

TRATAMIENTO

Las indicaciones para iniciar tratamiento y las pautas

adecuadas no están del todo establecidas; Algunos

autores no recomiendan tratar a los pacientes

con una AV mayor de 20/40

6

mientras que otros

prefieren ser más agresivos ante la enfermedad

dado el mal pronóstico visual que puede tener

la CB sobre todo en casos con edema macular.

7

Otros autores abogan por que ante una inflamación

crónica asociada a un deterioro funcional progresivo

está indicado el comienzo precoz del tratamiento

inmunosupresor

8

. Oh y cols. mantienen que la

intervención terapéutica debe ser precoz, antes

de la atrofia coroidea y del deterioro retiniano

funcional pues una vez establecido éste la eficacia

del tratamiento es muy limitada

9

.

Dado que no existe cura para la enfermedad,

debemos buscar un equilibrio entre los posibles

efectos secundarios por el uso una terapia antiin-

flamatoria agresiva y los beneficios obtenidos por

el uso del tratamiento sobre la agudeza visual, los

síntomas subjetivos y la posible disfunción retiniana

permanente que pudiera quedar en el paciente.

En la actualidad se mantiene la postura de que el

inicio precoz del tratamiento es importante para

preservar la visión en una enfermedad crónica

progresiva que puede producir deterioro importante

de la visión

10

. El tratamiento exclusivamente de los

brotes resulta insuficiente para el buen control de

la enfermedad pues se ha visto que no previene

el deterioro visual progresivo.

Durante algún tiempo la base del tratamiento de la

CB ha sido el uso de corticoides tanto sistémicos

como perioculares, pero su eficacia es limitada,

sobre todo para el pronóstico visual a largo plazo

11

.

Los corticoides tanto sistémicos como perioculares

se sabe que son beneficiosos para disminuir la

reacción inflamatoria vítrea, el edema macular

quístico y el edema de papila en algunos pacientes.

Los corticoides no son tan útiles en casos en los

que la enfermedad está más avanzada y en los

que presentan edema macular crónico.

Se han probado diversas pautas terapéuticas y

la mayoría de los estudios coinciden en que el

uso aislado de corticoides no es suficiente como

tratamiento de esta enfermedad, aunque sí pueden

ser de utilidad fundamentalmente a corto plazo, en

el manejo de las reagudizaciones de la misma.

11

De los pacientes tratados con corticoides sistémicos,

en menos de un 15% se obtiene una respuesta

clínica adecuada capaz de mantenerse con dosis

bajas o moderadas

11

.

Es por ello, junto con los múltiples efectos secun-

darios asociados al uso continuado de corticoides

sistémicos, que se hayan buscado otras alternativas

terapéuticas para la CB.

La ciclosporina A (CyA) es uno de los inmunosupre-

sores que más se han utilizado para el tratamiento

de la CB. Le Hoang y cols obtuvieron muy buenos

resultados en términos de agudeza visual y control

de la inflamación mediante la utilización de este

fármaco, así como mejoría en los defectos del

campo visual y en las alteraciones del ERG

12

. Se