

Mayo
2015.
Volumen
14
-
N
°
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Alimentos (INTA) junto a Fernando Mönckeberg B.
Nunca ha perdido el contacto con el servicio
de Pediatría del Hospital Arriarán, asistiendo
periódicamente a visitas clínicas, desarrollo de
líneas de investigación y ejercer actividades
docentes y académicas. De hecho, ha continuado
una brillante carrera en la Facultad de Medicina
de la Universidad de Chile.
La Dra. Sonia San Martín, también muy admirada
por su belleza y sus promisorias condiciones
profesionales, logró una Beca Presidencia de la
República por allá por
1977
, para estudiar
Endoscopía Infantil en Japón y desarrollarla en
nuestro medio nacional. Interesante y promisoria
posibilidad para nuestro hospital. Aún recuerdo
cuando me solicitó que le facilitara algunas
publicaciones relacionadas con endoscopía en
la infancia, las que le entregué con el mayor
agrado. Sin embargo, el amor es más fuerte, en
el grupo de profesionales que iba a Japón se
encontró con un colega proveniente de México,
de tal modo que se olvidó de su retorno a nuestro
país, del desarrollo de la endoscopía en nuestro
hospital y los compromisos relacionados con
dicha beca. Comprensible situación sentimental,
que muchos no lograron entender o tendrían
alguna secreta esperanza.
Junto a ello, un joven becado de pediatría
manifestaba genuino interés por la
Gastroenterología. Como se usaba en aquella
época, se incorporaba un rato en las mañanas a
las actividades del grupo de especialistas. El Dr.
Sergio Cereza O’Brien, se interesó particularmente
en las enfermedades hepáticas, desarrollando la
especialidad fundamentalmente en centros
privados, aunque antes de retirarse de nuestro
hospital reinició la tarea de interesar
profesionales, quienes tendrían un tremendo
desafío para el desarrollo de la especialidad,
particularmente la Endoscopía digestiva alta y
baja.
Más adelante, en
1982
, el Dr. Julio Espinoza M.,
junto a la Dra. Magdalena Araya Q., tendrían un
importante rol en la creación y desarrollo del
Programa de Formación en la Sub Especialidad
de Gastroenterología Pediátrica, manteniendo un
estrecho vínculo con su querido hospital.
Difícil tarea, el desarrollo de las especialidades
pediátricas en general y de la Gastroenterología
en particular. Sobre todo en los momentos
preliminares en que se instalarían profundos
cambios en la atención en salud en nuestro país,
destacando el auge de las clínicas privadas y el
lamentable deterioro de los hospitales públicos,
constituyendo una importante deuda social aún
no saldada.
Con toda seguridad, esta senda será continuada
por nuevos integrantes de este valioso grupo
humano, con nuevos desafíos y oportunidades.
Ojalá y que duda cabe, tengan el alto grado de
compromiso demostrado por sus predecesores.
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