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HIPERTENSIÓN / 2014 / VOL. 19

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En el puerperio inmediato se pueden tolerar cifras tensionales que durante el embarazo pondrían

en riesgo al feto. Así, sólo situaciones de PA sistólicas mayores de 150 mm Hg y/o PA diastólicas

mayores de 100 mm Hg requieren tratamiento farmacológico. En caso de PA >140/90 mm Hg,

pero menores de 150/100 mm Hg, sólo requieren terapia farmacológica si la paciente presenta

una inadecuada compensación cardiovascular.

(23)

Existe un cierto consenso en relación a que la HTA etapa III (PA

180/110 mm Hg) debería ser tratada

para prevenir las complicaciones vasculares agudas en la madre, como el accidente cerebrovascular,

pero no existe consenso que sea necesario tratar la HTA post-parto de leve a moderada, ya sea

de reciente comienzo o no, e independientemente del tipo.

(24)

En caso de estar con tratamiento farmacológico, se deberá mantener el tratamiento antihipertensivo si

la PAS

150 mm Hg y/o la PAD

100 mm Hg. Se puede comenzar a discontinuar los antihipertensivos

si la PA permanece por debajo de 150/100 mm Hg por más de 48 horas.

No deben olvidarse factores como dolor o ansiedad en el momento de la medición de la PA. En

esta misma línea, los AINEs de uso frecuente en el período post-parto para controlar el dolor

pueden elevar la PA sustancialmente en algunas pacientes, particularmente aquellas con deterioro

de la función renal. En estos casos, deben considerarse paracetamol, ya sea oral o endovenoso,

e incluso opiáceos en lugar de los AINES.

Existen pocas comunicaciones sobre el uso de diferentes antihipertensivos en la madre que

amamanta. Los beta bloqueadores con baja unión a proteínas tienen una mayor excreción en la

leche (Ej: atenolol), mientras que aquellos con alta unión a proteínas (Ej: propranolol) presentan

escasa difusión. La metildopa tiene excreción limitada y no se han reportado efectos adversos

en el recién nacido. Enalapril tiene una tasa de excreción mínima, por lo que algunos grupos lo

consideran seguro en la lactancia; pero a otros, sin embargo, les preocupa su efecto sobre el

desarrollo renal que se completa a los 2 años de vida. Frente a estas discrepancias vale la pena

dejarlo para mujeres que no han respondido a otras drogas antihipertensivas. Se requiere especial

cautela con los diuréticos, ya que reducen la producción de leche, son excretados en la leche

materna y pueden producir alteraciones hidroelectrolíticas en el recién nacido al inducir diuresis e

hipovolemia

(25)

. Existe experiencia favorable con nifedipino entre los bloqueadores de los canales

de calcio, ya que en otros se ha demostrado excreciones mínimas de nitrendipino y nimodipino

(22)

.

En relación a los antihipertensivos recomendados para este período debe mencionarse que se

prefieren como de primera línea: metildopa, hidralazina y labetalol

(26)

. Finalmente, es necesario

señalar que los antagonistas de la aldosterona, como espironolactona, pueden usarse en este

período a diferencia del primer tremestre del embarazo.

Casi todos los antihipertensivos se excretan en la leche materna humana en diversos grados, según

su unión a proteínas y liposolubilidad. Es improbable que se realicen estudios prospectivos, aleatorios,

controlados con placebo en mujeres embarazadas o lactantes, por lo tanto, la disponibilidad de

datos seguramente permanecerá siempre limitada. Si bien existe una tendencia a utilizar agentes

antihipertensivos tradicionales como metildopa durante el embarazo y puerperio, muchos agentes