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Exposición fetal a drogas

Jaime Valderas J.

CAPÍTULO 4

Los efectos del consumo de estas drogas ilícitas y el tabaco durante el embarazo, son de

reconocida importancia y se asocian a una significativa mayor morbimortalidad materna y fetal.

Este efecto depende de la cantidad, frecuencia, duración y momento del embarazo en que son

consumidas.

En Chile, según cifras del décimo primer estudio nacional de drogas del Observatorio Chileno

de Drogas, dependiente del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo

de Drogas y Alcohol (SENDA) del año 2014, las drogas ilícitas más consumidas siguen siendo ma-

rihuana, clorhidrato de cocaína y pasta base de cocaína, especialmente en población adolescente

(12 a 18 años) y joven (19 a 25 años), observándose un aumento del consumo de marihuana en

el período 2010-2014 especialmente de alta potencia, probablemente por la tendencia actual de

considerar este consumo una acción inocua.

El determinar fehacientemente el rol de estas drogas en la ocurrencia de eventos específicos

es muy difícil dado que el contexto biopsicosocial de estos pacientes es complejo, conjugándose

otros factores como bajo nivel sociocultural, deprivación afectiva, malnutrición materna, patología

psiquiátrica, violencia intrafamiliar, uso y abuso de otras sustancias (psicofármacos, alcohol, por

ejemplo), mal control obstétrico entre los más importantes.

Cocaína

Dentro de los efectos asociados a cocaína tenemos:

-

Complicaciones obstétricas:

Mayor incidencia de parto prematuro, placenta previa, muerte

fetal

in utero

y aborto espontáneo especialmente en consumo dentro del primer trimestre de

embarazo.

-

Crecimiento pre y posnatal:

Es en esta área donde los diferentes estudios coinciden en sus

hallazgos. La relación con restricción de crecimiento intrauterino, bajo peso y talla de naci-

miento y menor edad gestacional es muy importante, llegando a 500 g, 1,5 cm y 1,2 semanas

menos, respectivamente, en relación a la población no expuesta, efecto que es directamente

proporcional a la intensidad de consumo. Este efecto persiste durante el período posnatal

constituyendo una verdadera restricción del crecimiento extrauterino, especialmente en cre-

cimiento ponderal, hecho observado hasta, al menos la edad escolar.

-

Sistema nervioso:

En un 16% de los RN expuestos, el perímetro craneal es 0,5 cm menor

que un recién nacido no expuesto, lo que significa una pérdida importante de masa cerebral,

efecto que se mantiene a lo largo del desarrollo ya que, en esta población, existe una alta

frecuencia de microcefalia durante la etapa preescolar y escolar.

Se pueden encontrar anormalidades de la línea media, esquisencefalias, lisencefalias y hete-

rotopías neuronales, trastornos neurocognitivos, presencia de síntomas de déficit de atención

e hiperactividad y RDSM. Estas alteraciones persisten durante etapas posteriores del desarrollo,

especialmente en las áreas de lenguaje, efectos durante la vida adulta con trastornos afectivos,

disminución del control de impulsos, dificultades en el establecimiento de vínculos, mayor riesgo

de trastornos de ansiedad y depresión e incluso de dificultades de adquirir habilidades paren-

tales, hecho que podría perpetuar este círculo vicioso del consumo de cocaína, de hecho existe

un riesgo de 2 a 3 veces mayor de consumir cocaína en adolescentes que fueron expuestos a

esta droga prenatalmente. Actualmente, el efecto en la disminución del coeficiente intelectual

es discutible.

La exposición a cocaína juega un rol importante en la etiología de accidentes cerebrovascula-

res, conformando parte de la tríada etiológica clásica junto a los síndromes de hipercoagulabilidad