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alcohol fetal (SAF/FAS) es de 0,3 a 3,0 por 1.000 RNV, pero el número de niños que califican como
TEAF llega al 1 a 5% de los niños. En general, se considera que FASD es 10 veces más frecuente
que FAS, siendo las alteraciones neuroconductuales la forma más prevalente. La alta prevalencia
de FASD produce un inmenso daño a la sociedad en términos financieros, pérdida de productivi-
dad y deterioro severo de las condiciones de vida.
Patogenia
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, y puede afectar al feto en desarrollo a
través de numerosos mecanismos. Aunque parece afectar difusamente todo el cerebro, cierta vul-
nerabilidad selectiva en distintas células podría explicar en parte la patogenia. El alcohol atraviesa
la placenta y afecta directamente el desarrollo cerebral alterando la proliferación y la migración
neuronal o causando muerte celular. Disminuye el flujo de la arteria umbilical, reduce la síntesis
proteica, altera niveles hormonales y de factores de crecimiento y aumenta el estrés oxidativo.
Inhibe en forma competitiva la enzima que transforma retinol a ácido retinoico y produce déficit
de folato, ambos fundamentales en las etapas iniciales del período embrionario. La resonancia
nuclear magnética en niños con exposición prenatal a alcohol muestra muy diversas alteraciones.
Si bien se ha descrito clásicamente, que a mayor severidad de dismorfias faciales el compromiso
cerebral podría ser más grave, se ha observado alteraciones funcionales y estructurales en niños
con y sin dismorfia facial. Comprender los complejos mecanismos patogénicos del alcohol en el
embarazo, es fundamental para lograr intervenciones exitosas, pero ha sido muy difícil, sobre todo
por ser un daño multifactorial. Los factores genéticos y las modificaciones epigenéticas interactúan
con la exposición a alcohol de los tejidos en desarrollo. El efecto depende en forma muy impor-
tante del momento del desarrollo en que se produce la exposición, ya que hay períodos críticos
de vulnerabilidad. También influye la forma de beber de la embarazada, la dosis, la duración del
consumo y la susceptibilidad individual de la madre y del niño. Los factores genéticos, nutricionales
y la exposición a otras drogas tienen un rol significativo en la severidad de la toxicidad del alcohol.
Es muy difícil establecer las cantidades que constituyen riesgo. El crecimiento intrauterino
se afecta más por el consumo continuo. El sistema nervioso central se puede ver afectado con
cualquier forma de consumo materno y sin capacidad de recuperación, pero se deteriora más con
la ingesta de grandes cantidades ocasionales. Los efectos morfológicos en otros sistemas (espe-
cialmente cardíaco, urogenital y musculoesquelético) también son permanentes y dependen del
momento de gestación en que son afectados por el alcohol.
La raza, edad, ocupación y clase social influyen en el hábito de beber de las mujeres. Es más
probable que las bebedoras también consuman tabaco y drogas y que sufran otros problemas
ambientales durante su embarazo. Las mujeres que beben en forma excesiva y/o son alcohóli-
cas, son menos capaces de proporcionar un ambiente óptimo a su hijo. El apoyo social, el nivel
de estrés y la estructura familiar también afectan el progreso de este niño ya vulnerable por su
exposición prenatal.
Prevención
Lo óptimo sería eliminar el alcohol durante el embarazo. No se ha establecido una dosis se-
gura. La Academia Americana de Pediatría recomienda la abstención del consumo de alcohol en
mujeres embarazadas o que estén planificando un embarazo.
Diagnóstico
Todos los TEAF se definen como un defecto congénito permanente causado por el consumo
de alcohol durante el embarazo. Clásicamente los elementos claves a considerar son alteración
del crecimiento, dismorfia facial, trastornos del sistema nervioso y neuroconductuales. En el SAF,
descrito por primera vez en 1969 y 1973, están todos los elementos presentes. El mayor desafío
es diagnosticar a los niños con alguna de las otras formas clínicas del amplio espectro de FASD.
En el período neonatal solo es posible diagnosticar los casos más severos, pero se puede asegurar