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Manejo hidroelectrolítico
Mantener balance neutro. Aportando las pérdidas insensibles más las medibles. Considerando
lo anterior es importante colocar sonda foley para medir pérdidas.
Diuréticos
No se recomienda su uso en el tratamiento ni prevención de AKI. De utilizarse debe ser juiciosa
en casos de sobrecarga de volumen. En niños con oliguria podría realizarse prueba terapéutica.
En pacientes críticos, preferir perfusión continua intravenosa de furosemida de 0,1-1 mg/kg/h
tras el bolo inicial.
Drogas vasoactivas
La dopamina en dosis bajas no aumenta ni conserva la producción de orina ni mejora el resul-
tado de la IRA. Se debe proporcionar apoyo vasopresor para asegurar perfusión renal adecuada
con la elección del vasopresor en base al escenario clínico.
Electrolitos
Tomando en consideración los requerimientos basales de sodio, el aporte con respecto a este
debe ser individualizado y monitorizado, evitando el ingreso excesivo de sodio para prevenir la
hipertensión y otras complicaciones por sobrecarga. El potasio y el fósforo deben ser restringidos.
La hipercalemia sigue siendo una de las complicaciones más reconocidas de la AKI. Los síntomas
que presentan la hipercalemia son generalmente inespecíficos, incluyendo fatiga, debilidad, hor-
migueo, náuseas e incluso parálisis. Por esta razón la monitorización y limitación de la ingesta de
potasio son importantes. La manifestación más grave es la anomalía de la conducción cardíaca
y las arritmias. Se pueden observar cambios electrocardiográficos (ECG) cuando los niveles de
potasio son de 6,5 a 7 mEq/l.
Acidosis metabólica
La acidosis observada en la IRA se caracteriza por un Anión Gap aumentado que refleja la
incapacidad de los riñones para excretar ácido o reabsorber bicarbonato. El uso de bicarbonato
debe reservarse para la acidosis grave, dado que su uso puede conducir a una disminución del
calcio ionizado (hipocalcemia funcional) a medida que los iones de hidrógeno se intercambian en
las proteínas plasmáticas por el calcio, lo que puede resultar en tetania.
Nutrición
El objetivo es conseguir una nutrición precoz con balance metabólico adecuado, ajustando el
volumen de líquidos a la diuresis y la utilización o no de técnicas de reemplazo renal. Los requeri-
mientos calóricos y proteicos dependen de la edad, la situación clínica, la gravedad del daño renal
y el tratamiento sustitutivo. La AKI está marcada por un estado catabólico. Los requerimientos de
proteína en estos niños pueden ser tan altos como 3 g/kg/d de aminoácidos, con requerimientos
calóricos de 125% a 150% en relación a niños sanos. No se debe limitar el suministro de proteínas
como un método para controlar los niveles de nitrógeno ureico en la sangre. De lo contrario puede
ser indicación de terapia de reemplazo renal.
Manejo sustitutivo
Las indicaciones clásicas del tratamiento sustitutivo en AKI son los síntomas de uremia, so-
brecarga de volumen y trastornos electrolíticos graves inmanejables medicamente. El objetivo es
mantener la homeostasis de líquidos y electrolitos, permitiendo la recuperación del daño renal y
el tratamiento de soporte y evitando nuevos insultos. En pediatría se prefiere diálisis peritoneal,
pero también podría utilizarse hemofiltración o hemodiafiltración.
Bibliografía
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