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GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN PEDIATRÍA

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cusión en su presencia, de la patología del niño y su interpretación. Estos síntomas de disfunción

familiar deben ser integrados por el pediatra y solicitar establecer acuerdos que permitan avanzar

en un eventual diagnóstico. Mayor dificultad aún suele observarse cuando el paciente es un niño

en infancia tardía, observando desacuerdos y reparos en la entrevista con el propio adolescente.

Perfil temporal y cronológico de la enfermedad

Puede ser un concepto clínico interesante reconocer el perfil temporal y evolutivo de las en-

fermedades, distinguiendo:

Perfil fulminante

Cursa

en

solo

algunas

horas. Algunas infecciones (sepsis por Streptococcus pyogenes, en-

terotoxina estafilocócica, marea roja por la acción de veneno paralizante y biotoxinas marinas).

Rotura de aneurisma cerebral o arterial, intoxicaciones por monóxido de carbono, metano, sulfu-

ros, cianuro. Accidentes de tránsito,

shock

anafiláctico, aspiración de cuerpo extraño. Trastornos

del ritmo cardíaco (taquicardia paroxística supraventricular, síndrome de Wolf Parkinson White).

En algunas ocasiones puede presentarse de este modo la crisis de pánico. Esta situación pone a

prueba a la familia, el pediatra y las diversas estructuras de salud y su capacidad resolutiva. La

incorporación del sistema de “triage” ha permitido optimizar la oportunidad de la atención en

los servicios de urgencia.

Perfil agudo

Corresponde a la mayoría de las causas en pediatría, enfermedades habitualmente infecciosas

y en su mayoría de causa viral o bacteriana. De hecho, su curso suele ser limitado a 5 a 7 días y

luego viene la etapa de la convalecencia. Frente a su prolongación puede sospecharse una com-

plicación, aunque hay algunos virus (enterovirus, adenovirus, influenza) que pueden demorar algo

más en llegar a la convalecencia, pudiendo tener incluso una curva natural de tipo bifásico, con

una segunda poussé de fiebre menos intensa y más breve en su duración.

Perfil subagudo

Enfermedades que cursan más allá de 7 días, pero menos de 4 semanas. Enfermedades

infecciosas virales como la mononucleosis infecciosa (

virus de Epstein Barr

),

virus de inclusión

citomegálica

; enfermedades bacterianas como la fiebre tifoidea (

Salmonella tiphy

) y la enferme-

dad por arañazo o lamido de gato joven (

Bartonella henselae

), incluso en algunas oportunidades

infecciones por

Mycoplasma pneumoniae

. La diabetes mellitus también es un buen ejemplo de

este perfil de enfermedad.

Perfil crónico

Duración mayor a 4 semanas causada por enfermedades infecciosas como la tuberculosis, le-

pra, VIH, sífilis. Sin embargo, los mejores ejemplos de este perfil, sobre todo en período preescolar

y escolar, son las enfermedades oncológicas y del tejido conectivo (leucemia, linfoma, histiocitosis,

lupus eritematoso diseminado). También tienen este perfil los trastornos del ánimo (depresión,

hipomanía), algunas enfermedades endocrinas (neoplasia endocrina múltiple, hipotiroidismo e

hipertiroidismo), enfermedades inflamatorias intestinales.

Junto a este perfil temporal de la enfermedad, en la historia clínica suele ser de utilidad con-

siderar la edad del niño (perfil cronológico), con la sospecha sindromática del cuadro clínico del

niño. Desde esta perspectiva, puede ser un interesante ejemplo la presencia de un

síndrome

enterocólico

(presencia de diarrea con mucosidad y sangre en las deposiciones). Si se trata de

un recién nacido podemos plantear una enterocolitis necrosante o alergia alimentaria (incluso

una sepsis). En el caso de un lactante debemos pensar en una invaginación intestinal, infección

por agente enteroinvasor (

shiguella, salmonella, campylobacter

) o incluso un síndrome hemolí-

tico urémico, más excepcionalmente una enteroparasitosis, una poliposis intestinal o incluso un

divertículo de Meckel si el sangrado es profuso. En el preescolar y escolar nuestra sospecha debe

incluir las enfermedades inflamatorias intestinales, una poliposis o incluso un linfoma. En estos