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Laringe normal no significa laringe ideal
La laringe, como todos los órganos de la economía, presenta variaciones
importantes dentro de la normalidad entre individuos y a veces en una
misma persona por asimetrías o diferencias congénitas en la bilateralidad,
que no constituyen patología propiamente tal, o al menos son
asintomáticas o de poco impacto en la calidad vocal. En muchas
ocasiones el otorrinolaringólogo encuentra hallazgos en el examen físico
que llaman su atención, tales como una desviación septal importante o
una hipertrofia turbinal muy visible, sin que el examinado tenga síntomas
relatados espontáneamente al respecto. Sin embargo, mediante un
interrogatorio dirigido (no reconoce la obstrucción nasal por estar
acostumbrado), es posible extraer elementos más detallados y específicos
en relación al hábito de respiración oral: respiración ruidosa, mala
tolerancia a la actividad física vigorosa, ronquidos y trastornos
cualitativos del sueño, como son ausencia de actividad onírica o cierta
fatiga matinal con sensación de sueño poco reparador, pese a dormir el
número suficiente de horas. En los niños también suele aparecer el factor
de ‘atención deficiente’ que los lleva a recibir atención por
psicopedagogos y otros profesionales relacionados con el aprendizaje. Lo
anterior permite entender que esos pacientes están haciendo uso de una
‘reserva funcional’ o capacidad adaptativa de sus organismos, sin que por
ello dejen de presentar con el paso del tiempo síntomas de fatiga en su
más amplia, aunque difusa y heterogénea expresión. La laringe en este
aspecto no es la excepción y ocasionalmente, al examinar a un paciente
disfónico que consulta por otra causa, nos encontramos con pocas
alteraciones en el examen físico básico (laringoscopía con espejo
laríngeo), pero al evaluar con medios como fibra óptica, óptica rígida y
en especial asistidos por el uso de estroboscopía, es posible desvelar
lesiones inicialmente inaparentes. Este tipo de defectos no tendrán
mayor repercusión en quienes no se desempeñan en ámbitos con
exigencia fonatoria, a diferencia de profesores, cantantes, locutores,
voceadores en mercados y vía pública, quienes presentan una carga vocal
inherente a su trabajo dando pie a que la patología laríngea exudativa se