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Neumol Pediatr 2018; 13 (1): 5 - 10

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Micosis pulmonares en niños. Un enfoque diagnóstico

Cuadro Clínico – Radiológico

Las manifestaciones clínicas en las micosis

pulmonares son similares a las presentadas por infecciones

virales, bacterianas y parasitarias, las cuales son inespecíficas

y por si solas tienen baja sensibilidad diagnóstica. Vázquez y

cols, en un estudio de 100 pacientes con micosis pulmonares,

demostraron que el 100% de los pacientes con micosis

pulmonar (independientemente de la etiología) presentaban

fiebre, tos (productiva), taquipnea y dificultad respiratoria en

algún momento de la evolución de la enfermedad, mientras

que otros síntomas inespecíficos como: astenia, hiperoxia,

cefalea, diaforesis, disnea y hemoptisis se presentaban con una

frecuencia del 30-70% de los pacientes (5, 14).

El diagnóstico de micosis pulmonar debe ser

considerado en un paciente que persista con síntomas

respiratorios a pesar del tratamiento habitual y en presencia de

factores de riesgo para infección fúngica, vivir o viajar a zonas

endémicas o la participación de otros órganos y sistemas, por

ejemplo: alteraciones del SNC como meningitis o crisis convulsivas

(Cryptococosis), lesiones mucocutáneas (Candidiasis), Sinusitis

(Aspergillosis), lesiones dermatológicas (blastomicosis), lesiones

cutáneas granulomatosas y hepatomegalias (Histoplasmosis)

y lesiones cráneo-faciales necróticas (corresponde al signo

de la “escara negra” en los pacientes con Mucormicosis)

(14). La fiebre elevada por tiempo mayor de 72 - 96 horas

en neutropénicos severos o con enfermedades hematológicas

malignas, con tratamiento antimicrobiano de amplio espectro

y por tiempo prolongado, debe hacer sospechar infección por

hongos (15).

Los estudios de imagen también tienen baja

especificidad para el diagnóstico de micosis pulmonares. Los

hallazgos radiográficos encontrados en la radiografía de tórax

son muy variados que van desde consolidación lobar (43%),

nódulos múltiples (35%), cavitación (30%), derrame pleural

(25%), adenopatías mediastinales (20%), hasta la presencia

de masas (<2%). La mayoría de los pacientes presenta dos

o más patrones radiográficos al mismo tiempo. Los hallazgos

tomográficos también son inespecíficos, encontrándose

frecuentemente engrosamiento bronquial y engrosamiento de

septos interlobulillares, los cuales también se pueden observar

en enfermedades que afectan el drenaje linfático del pulmón,

sarcoidosis, trastornos linfoproliferativos y neumonía criptogénica

organizada (16). Sin embargo, el hallazgo que se asocia más

comúnmente a infección fúngica pulmonar es la presencia de

patrón multinodular. El 90% de los pacientes con factores de

riesgo y presencia de patrón multinodular en la tomografía de

tórax corresponde a micosis pulmonar invasiva (17). Este patrón

se caracteriza por la presencia de 1 o más nódulos, > 1 cms

de diámetro, de distribución periférica, comúnmente asociados

a consolidación y adenopatías mediastinales; la mayoría de

los casos corresponde a aspergillosos pulmonar invasiva. El

signo del Halo es un nódulo pulmonar rodeado por un patrón

en vidrio despulido que corresponde a una zona hemorrágica

secundaria a trombosis por angioinvasion fúngica (Figura

4A). Se observa en infección fúngica invasiva secundaria a

Aspergilosis y Mucormicosis. El Signo del Halo Inverso (Figura

4B) es la necrosis hemorrágica de un nódulo pulmonar tras

la recuperación del estado inmunológico; más comúnmente

observada en la Mucormicosis. Las cavitaciones (Figura 4C) son

el tercer hallazgo sugestivo de infección fúngica pulmonar, se

originan por la necrosis concéntrica de nódulos pulmonares y se

observan frecuentemente en Coccidioidomicosis. Mucormicosis

y Aspergilosis (también en la tuberculosis). Si bien, las micosis

pulmonares pueden originar una gran variedad de patrones

tomográficos, el patrón multinodular es el más sugestivo de

infección fúngica invasiva (16,17).

Figura 3.

Factores de riesgo.

Figura 4.

Tomografía de tórax: signo del halo.

A. Signo del Halo (flechas).

B. Signo del Halo Inverso (flecha).

C. Nódulos en fase de cavitación.