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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

DISCUSIÓN

El caso presentado corresponde al primero documentado del

uso de toxina botulínica en glándulas salivales en un paciente

con ventilación mecánica prolongada a través de traqueosto-

mía y disfagia severa con gastrostomía para el manejo de la

sialorrea. Se decidió realizar este procedimiento pese a los

potenciales efectos adversos, como la aspiración por em-

peoramiento de la deglución

(1)

, porque contábamos con una

vía de alimentación segura a través de la gastrostomía y ade-

más nos apoyamos efectuando la infiltración con marcación

ecográfica de las glándulas salivales, lo que ha demostrado

disminuir el riesgo de disfagia secundaria a la difusión de la

toxina botulínica hacia músculos vecinos involucrados en la

deglución

(1,10)

. Si bien solamente es un caso, no observamos

efectos adversos.

Nuestro principal objetivo al tratar la sialorrea fue facilitar

el lenguaje, el habla y la comunicación y con ello mejorar la

socialización, pero al manejar menores volúmenes de saliva

en la boca, se pudo iniciar la intervención sobre el trastorno

de deglución, estimulando las cuerdas vocales como mecanis-

mo de protección para una deglución segura. De esta manera

logramos un impacto positivo sobre la calidad de vida.

Existen algunos casos descritos en la literatura de infiltra-

ción de toxina botulínica en pacientes con algunas caracterís-

ticas similares a nuestro paciente. Winterholler utilizó toxina

botulínica en glándulas parótidas y submandibulares en un

paciente con traqueostomía

(15)

. No se describió entonces

efectos colaterales. Por otro lado, Ellies y colaboradores

describieron la infiltración en un paciente con ventilación

mecánica prolongada no invasiva

(16)

.

Actualmente, el niño está en su ciudad de origen, a cargo

de su familia, insertado a la comunidad y apoyado por el Pro-

grama Nacional Ministerial de Ventilación Mecánica Invasiva

(AVI). La madre manifestó su deseo de que sea nuevamente

sometido al procedimiento, debido a que la sialorrea está

volviendo a su condición basal. Este es uno de los inconve-

nientes del tratamiento con toxina botulínica, ya que debe

ser repetido en el tiempo

(17)

pues la duración del efecto se

prolonga por un máximo de 6 meses, como ocurrió con

nuestro paciente. Se han descrito variaciones en la duración

de tratamiento entre 6 semanas y 6 meses

(2)

, otros estudios

reportan un promedio de duración del tratamiento de 22

semanas

(6)

.

Sin embargo, recientemente se ha documentado un

efecto similar a la atrofia glandular, producido tras la infiltración

repetida de toxina botulínica a ese nivel; se explicaría por la

denervación química prolongada a la que las glándulas son

expuestas. Por lo tanto, la sialorrea sería cada vez de menor

cuantía y la necesidad de tratamiento sería cada vez menor

y más espaciada en el tiempo. Esta observación requiere de

una mayor cantidad de estudios a largo plazo.

Finalmente, es importante reforzar la importancia de rea-

lizar una intervención a través de un equipo multidisciplinario,

que pueda dar un enfoque integral al manejo del paciente y

sea capaz de determinar todas las áreas en las que impacta la

sialorrea y abordarla en forma eficiente.

CONCLUSIÓN

La infiltración con toxina botulínica A, es una herramienta útil

a considerar en pacientes portadores de sialorrea severa con

traqueostomía y ventilación mecánica asociado a disfagia con

vía de alimentación segura.

REFERENCIAS

1. Reddihough D, Erasmus CE, Johnson H, McKellar GMW, PH.

J. Botulinum toxin assessment, intervention and aftercare for

paediatric and adult drooling: international consensus statement.

Eur J Neurol 2010; 17 (suppl 2): 109-21.

Figura 2.

Cantidad de saliva recolectada en 24 horas.

Figura 3.

Escala de impacto de sialorrea.

Figura 4.

Severidad de la sialorrea.

Sialorrea neurogénica infantil y el manejo con la toxina Botulínica - S. Chahuán et al.

Neumol Pediatr 2012; 7 (1): 13-18