Estudio ExStroke
Los ejercicios previenen y mitigan los infartos cerebrales
Los estudios epidemiológicos han señalado una relación entre la actividad física y el riesgo de accidente cerebrovascular. Los ejercicios se recomiendan para reducir el peligro de un primer evento y, posiblemente, el riesgo de accidente cerebrovascular recurrente. La gravedad del accidente cerebrovascular tiene marcadas implicaciones para los pacientes y la sociedad. Los eventos más graves producen peores resultados, incluyendo prolongadas rehabilitaciones, ausencia del trabajo y mayor mortalidad. Estudios retrospectivos en relación con la gravedad del accidente cerebrovascular han puesto de manifiesto que la actividad antes de un evento cerebrovascular se relaciona inversamente con la severidad del accidente y mejores resultados a corto plazo.
Neurólogos del Hospital Universitario Bispebjerg de Copenhague en Dinamarca, evaluaron si los ejercicios físicos influirían en la gravedad del accidente cerebrovascular y en el resultado a largo plazo. Los individuos incluidos en el presente análisis representaron un subconjunto de pacientes con un primer evento cerebrovascular inscritos en la prueba piloto ExStroke. Los pacientes con ictus isquémico se distribuyeron a un grupo de actividad física o a uno control. El nivel de actividad física se evaluó retrospectivamente a través de la Escala de actividades físicas para personas mayores (PASE, por sus siglas en inglés) durante un período de 7 días. La gravedad del accidente cerebrovascular se midió utilizando una escala validada y el resultado a largo plazo se examinó después de 2 años. Los análisis estadísticos se realizaron mediante regresión logística.
Se incluyeron datos de 265 pacientes con una media de edad de 68,2 años. Los análisis univariables y multivariantes demostraron que los pacientes en el cuartil superior de actividad física presentaban menos tasas de derrame cerebral grave, R 2.54 (IC del 95% 1.30-4.95), y tenían un menor riesgo de resultados negativos, R 0,46 (IC del 95% 0.22-0.96), en comparación con los pacientes del cuartil más bajo.
Se concluye que la actividad física antes de un accidente cerebrovascular se asocia con eventos cerebrovasculares de menor gravedad y mejores resultados a largo plazo.
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