Geriatría
Actividad física aumenta la supervivencia de los mayores
La actividad física (AF) es un comportamiento modificable asociado con la salud, el estado funcional y la longevidad, y fomentar un estilo de vida físicamente activo se ha convertido en un objetivo muy aceptado en la salud pública. La mayoría de las investigaciones se han centrado en personas de mediana edad y han descrito la relación entre la AF y la supervivencia y el efecto de iniciarla o detenerla en base a la mortalidad. Pocos estudios longitudinales han replicado estos resultados entre personas mayores, y, con pocas excepciones, la investigación no se ha extendido más allá de los 80 años. Tampoco existen pruebas de que la mantención o el inicio de ejercicios en ancianos mejoren la salud a largo plazo o la supervivencia. A pesar de esta falta de evidencia, las recomendaciones para la AF en personas de edad avanzada no establecen límites de edad.
Docentes del Departamento de Geriatría y Rehabilitación de la Universidad Hadassah-Hebrew de Jerusalén en Israel, examinaron los efectos de continuar, aumentar o disminuir los niveles de AF en la supervivencia, función y estado de salud en los más ancianos. Los datos de mortalidad para 70 a 88 años de edad, y de salud, comorbilidad y estado funcional a los 70, 78 y 85 años, fueron evaluados a través de un estudio longitudinal de cohorte (1990-2008) que integró una muestra representativa de 1861 personas nacidas entre 1920 y 1921.
Entre los participantes activos físicamente versus los sedentarios, respectivamente, a los 70 años, la mortalidad al octavo año fue de 15,2% versus 27,2% (P < 0.001); a los 78 años, la mortalidad al octavo año fue de 26,1% versus 40,8% (P < 0.001) y, a la edad de 85 años, la mortalidad al año 3 fue del 6,8% frente a 24,4% (P < 0.001). En los modelos de riesgos proporcionales de Cox ajustados para factores de riesgo de mortalidad, la disminución de la mortalidad se asoció con el nivel de AF a las edades de 70 (riesgo, 0,61; intervalo de confianza del 95%, 0.38-0.96), 78 (0.69, 0.48-0.98) y 85 (0,42; 0.25-0.68). Un beneficio significativo de supervivencia se relacionó con el iniciar AF entre los 70 y 78 años (P = 0.04) y los 78 y 85 años (P <0.001). Niveles más altos de AF, comparado con ser sedentario, no mostró una asociación dosis-dependiente con la mortalidad.
En conclusión, en ancianos, continuar e iniciar alguna actividad física se asocia con una mejor supervivencia y función. Este hallazgo apoya el fomento de la AF a una edad avanzada.
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