

546
Exámenes de segunda línea
Imagenología:
La resonancia magnética cerebral con angiografía es preferible en pacientes
con lesiones isquémicas; además, permite sospechar infección por herpes simplex cuando están
comprometidas las regiones frontales y temporales; enfermedades desmielinizantes como la
encefalomielitis diseminada aguda si existe compromiso de sustancia blanca y gris supra e infra
tentorial. Ya con el diagnóstico establecido, es un complemento fundamental para establecer
el pronóstico vital y neurológico acorde al patrón y magnitud de la o las lesiones, como el daño
axonal difuso, atrofia cerebral, magnitud del edema cerebral, necrosis, entre otros.
EEG:
Aporta en pacientes con alteración del sensorio, la presencia de actividad theta y delta
difusa, ausencia de frecuencias rápidas y ritmo theta intermitente, característicos de las encefalo-
patías severas; actividad epileptiforme consistente con ausencias o estatus parcial complejo; ondas
trifásicas: Encefalopatía hepática o urémica; descargas epileptiformes periódicas lateralizadas en
la encefalitis herpética; sin actividad eléctrica cerebral cuando existe muerte cerebral.
Metabólicos:
En los casos de encefalopatía inexplicable o recurrente: amonio y ácido láctico en
sangre y líquido cefalorraquídeo; la hiperamonemia puede ser causada por algunos errores innatos
del metabolismo relacionados con el ciclo de la urea, el síndrome de Reye, insuficiencia hepática
o toxicidad por ácido valproico; la hiperlactacidemia nos debe hacer descartar enfermedades de
origen mitocondrial. La muestra de sangre para cuantificación de aminoácidos, ácidos orgánicos,
ácidos grasos libres y los niveles de carnitina debe obtenerse antes de comenzar el tratamiento
y suspender la alimentación. Un estudio toxicológico en orina puede ser obtenido si se sospe-
cha intoxicación por drogas o tóxicos; pruebas y anticuerpos antitiroideos ante la sospecha de
encefalopatía de Hashimoto; velocidad de eritrosedimentación, factor reumatoídeo, anticuerpos
antinucleares y otros inmunológicos según sospecha, si existe un fenómeno vasculítico.
Etiologías
Causas médicas (tóxico, infeccioso, metabólico): Anoxia, cetoacidosis diabética, alteraciones
hidroelectrolíticas, encefalopatía, hipoglicemia, hipotermia o hipertermia, infecciones, errores
innatos del metabolismo, meningitis, psicogénico, estado postictal, toxinas, uremia.
Causas estructurales: Accidente cerebrovascular, trombosis venosa cerebral, hidrocefalia,
tumores, empiema subdural, trauma.
Manejo
Medidas de soporte: Inmediatamente debemos evaluar y estabilizar adecuadamente la vía
aérea, respiración y función circulatoria. En el caso de sospecha de trauma se debe inmovilizar la
región cervical previo a cualquier procedimiento.
- Niños con escala de Glasgow menor a 8 deben ser intubados, la ventilación mecánica debe
ser instaurada en el caso que el esfuerzo respiratorio sea insuficiente o no exista, sumado a
oxigenación adecuada a los requerimientos del paciente.
- El próximo paso es establecer una vía venosa. En evidencia de falla circulatoria (hipotensión,
enlentecimiento del llene capilar, ausencia de pulsos) debe administrarse un bolo de suero
fisiológico a 20 ml/kg. Luego deben ser realizados los exámenes básicos. Si la hipoglicemia
esta presente debe administrarse suero glucosado 10% 2 ml/kg.
- Si el niño presenta convulsiones, o una historia de convulsiones que preceden la encefalopatía,
debe administrarse un anticonvulsivante (diazepan 0,3 mg/kg o lorazepan 0,1 mg/kg, seguido
de una carga de fenitoína 20 mg/kg).
- Si existen signos de hipertensión endocraneana (pupilas asimétricas, postura tónica, papile-
dema, evidencia de herniación), debe manejarse rápidamente con hiperventilación moderada
y/o manitol en bolos de 0,25 a 0,5 g/kg, y repetir cada 2 a 6 horas si es necesario y/o suero
salino al hipertónico en infusión continua 0,1 a 1 ml/kg/h manteniendo los niveles de sodio
entre 145 y 155 mEq/l. Los trastornos hidroelectrolíticos deben ser corregidos y la temperatura
corporal estable.