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Exámenes de segunda línea

Imagenología:

La resonancia magnética cerebral con angiografía es preferible en pacientes

con lesiones isquémicas; además, permite sospechar infección por herpes simplex cuando están

comprometidas las regiones frontales y temporales; enfermedades desmielinizantes como la

encefalomielitis diseminada aguda si existe compromiso de sustancia blanca y gris supra e infra

tentorial. Ya con el diagnóstico establecido, es un complemento fundamental para establecer

el pronóstico vital y neurológico acorde al patrón y magnitud de la o las lesiones, como el daño

axonal difuso, atrofia cerebral, magnitud del edema cerebral, necrosis, entre otros.

EEG:

Aporta en pacientes con alteración del sensorio, la presencia de actividad theta y delta

difusa, ausencia de frecuencias rápidas y ritmo theta intermitente, característicos de las encefalo-

patías severas; actividad epileptiforme consistente con ausencias o estatus parcial complejo; ondas

trifásicas: Encefalopatía hepática o urémica; descargas epileptiformes periódicas lateralizadas en

la encefalitis herpética; sin actividad eléctrica cerebral cuando existe muerte cerebral.

Metabólicos:

En los casos de encefalopatía inexplicable o recurrente: amonio y ácido láctico en

sangre y líquido cefalorraquídeo; la hiperamonemia puede ser causada por algunos errores innatos

del metabolismo relacionados con el ciclo de la urea, el síndrome de Reye, insuficiencia hepática

o toxicidad por ácido valproico; la hiperlactacidemia nos debe hacer descartar enfermedades de

origen mitocondrial. La muestra de sangre para cuantificación de aminoácidos, ácidos orgánicos,

ácidos grasos libres y los niveles de carnitina debe obtenerse antes de comenzar el tratamiento

y suspender la alimentación. Un estudio toxicológico en orina puede ser obtenido si se sospe-

cha intoxicación por drogas o tóxicos; pruebas y anticuerpos antitiroideos ante la sospecha de

encefalopatía de Hashimoto; velocidad de eritrosedimentación, factor reumatoídeo, anticuerpos

antinucleares y otros inmunológicos según sospecha, si existe un fenómeno vasculítico.

Etiologías

Causas médicas (tóxico, infeccioso, metabólico): Anoxia, cetoacidosis diabética, alteraciones

hidroelectrolíticas, encefalopatía, hipoglicemia, hipotermia o hipertermia, infecciones, errores

innatos del metabolismo, meningitis, psicogénico, estado postictal, toxinas, uremia.

Causas estructurales: Accidente cerebrovascular, trombosis venosa cerebral, hidrocefalia,

tumores, empiema subdural, trauma.

Manejo

Medidas de soporte: Inmediatamente debemos evaluar y estabilizar adecuadamente la vía

aérea, respiración y función circulatoria. En el caso de sospecha de trauma se debe inmovilizar la

región cervical previo a cualquier procedimiento.

- Niños con escala de Glasgow menor a 8 deben ser intubados, la ventilación mecánica debe

ser instaurada en el caso que el esfuerzo respiratorio sea insuficiente o no exista, sumado a

oxigenación adecuada a los requerimientos del paciente.

- El próximo paso es establecer una vía venosa. En evidencia de falla circulatoria (hipotensión,

enlentecimiento del llene capilar, ausencia de pulsos) debe administrarse un bolo de suero

fisiológico a 20 ml/kg. Luego deben ser realizados los exámenes básicos. Si la hipoglicemia

esta presente debe administrarse suero glucosado 10% 2 ml/kg.

- Si el niño presenta convulsiones, o una historia de convulsiones que preceden la encefalopatía,

debe administrarse un anticonvulsivante (diazepan 0,3 mg/kg o lorazepan 0,1 mg/kg, seguido

de una carga de fenitoína 20 mg/kg).

- Si existen signos de hipertensión endocraneana (pupilas asimétricas, postura tónica, papile-

dema, evidencia de herniación), debe manejarse rápidamente con hiperventilación moderada

y/o manitol en bolos de 0,25 a 0,5 g/kg, y repetir cada 2 a 6 horas si es necesario y/o suero

salino al hipertónico en infusión continua 0,1 a 1 ml/kg/h manteniendo los niveles de sodio

entre 145 y 155 mEq/l. Los trastornos hidroelectrolíticos deben ser corregidos y la temperatura

corporal estable.