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capítulo 2: Semiología

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adolescencia debe evaluarse la columna, dado que más adelante al menos en la niña el examen

será más difícil y a la menor sospecha de desviaciones debe procederse a una estudio de imágenes.

Sistema nervioso

En términos de evolución y desarrollo pre y posnatal el sistema que sufre mayores cambios

en el ser humano es el SNC, por lo cual la semiología de este sistema es extremadamente variada

según la etapa de desarrollo del niño, tanto en sus aspectos normales como en la enfermedad.

Ocasionalmente la falta de motilidad espontánea del feto que debe percibirse a partir de las 18

a 22 semanas de edad gestacional, puede ser un importante elemento de sospecha clínica de

Enfermedad de Werdnig Hoffmann, aunque pueden estar ausentes por períodos inferiores a

dos horas y hay otras causas de disminución de motilidad (síndromes genéticos, malformaciones

fetales, obesidad materna). El examen clínico debe centrarse primordialmente en el control de

la maduración y la pesquisa de alteraciones de la normalidad, que muchas veces al comienzo de

algunas patologías son extremadamente sutiles. En el período de RN, la observación minuciosa es

el recurso más importante en la evaluación neurológica, para lo cual es fundamental el ambiente

físico en el cual se desarrolla el examen. En el score de Apgar, al menos una de las puntaciones

es casi estrictamente neurológica (tono muscular), siendo la primera y muy rápida valoración en

el primer y 5º minuto de vida. Al margen de esta puntuación de Apgar, hay muchos aspectos

del comportamiento del RN relacionados con la integridad neurológica: Características del llanto,

esfuerzo respiratorio, postura espontánea, mirada, encuentro con su madre (apego y estado de

alerta quieta). En el transcurso de las primeras horas de vida es necesario reevaluar la condición ge-

neral y neurológica del niño, dado que según los factores de riesgo existentes puede evidenciarse

distintas y precoces alteraciones, en especial en madres que han consumido diversos medicamen-

tos o sustancias que pueden alterar al RN. El tener el dedo pulgar doblado bajo los otros dedos

flexionados es un signo sospechoso de varias anomalías cerebrales y del mismo modo la posición

de los dedos en “clenched hand” u “overlaping” (sobreposición de índice y meñique sobre dedo

medio y anular), característico de algunas anomalías cromosómicas, particularmente trisomía 13 y

18 y síndrome de Smith-Lemli-Opitz. En el período posneonatal inmediato y lactante menor, suele

verse una a veces aparente normalidad neurológica, sin embargo, el pediatra puede estar seguro

de ello, superado el 4º mes de vida. Los temblores suelen ser frecuentes los primeros días de vida,

al igual que movimientos atetoides en prematuros. Con frecuencia algunos lactantes sanos optan

por posiciones atípicas, que si son asimétricas debe ponerse especial cuidado en su evaluación.

En este período la presencia de hipotonía es de pronóstico más ominoso que la hipertonía que

también puede observarse. Es importante efectuar examen neurológico detallado: llanto, mirada,

contacto con el medio, posición, tono muscular, actividad espontánea, incluyendo actividades

reflejas: existencia del reflejo, simetría, Babinski, succión, huida, búsqueda, liberación de orifi-

cios (boca, nariz), Moro y sus etapas, reflejo de Galant, marcha, evaluación de pares craneanos.

Complementar los resultados con otras pruebas si es necesario. Con el crecimiento y maduración

del lactante los reflejos descritos deben desaparecer y su persistencia suele traducir anomalía del

sistema nervioso, siendo indispensable la evaluación por un especialista neurólogo. La maduración

observada en el período de lactante, la aparición de nuevos reflejos, el sostén cefálico, de tronco,

posición de pie e inicio de la marcha siempre deben estar presentes, incluso independiente de

la estimulación, la cual logra solo una leve anticipación de estas funciones. Del mismo modo, el

lactante empieza a demostrar interés creciente por su entorno, fija, dirige la mirada y observa,

inicia la prehensión, coge y sostiene objetos en la mano alrededor de los 5 meses, cambia objetos

de una mano a la otra y alza un objeto pequeño con la pinza manual. Después de los 8 meses

aparece el reflejo de paracaídas (movimiento de caída del lactante con extensión de los brazos).

En la infancia temprana y tardía empiezan a manifestarse las habilidades y capacidades, es-

pecialmente lenguaje comprensivo y expresivo, debiendo el pediatra poner especial énfasis en su

desarrollo, junto a ello, la interacción con los padres y la familia, la actividad lúdica y la capacidad

de manipular objetos pequeños con algún propósito. Debe examinarse siempre las características

de la marcha desde que el niño entra a la consulta caminando espontáneamente. Pueden obser-

varse algunas alteraciones ortopédicas, musculares o neurológicas que no habían sido percibidas

previamente, sobre todo en la marcha en puntillas, sobre los talones o caminando solo con un pie,