Pediatría
Demasiada televisión genera problemas conductuales en los niños
La academia americana de pediatría recomienda a los niños mayores de dos años limitar la exposición diaria de televisión a menos de 2 horas y no tenerla en sus dormitorios. Durante las últimas décadas, el tiempo que los niños dedican a ver televisión se ha establecido como una importante preocupación de salud pública. Un buen número de estudios han demostrado sus efectos negativos en la niñez temprana para una gama de resultados en el desarrollo incluyendo la obesidad, falta de habilidades cognoscitivas y patrones irregulares del sueño. Sin embargo, son muy pocos los estudios prospectivos que han tratado cómo la sincronización de la exposición al medio influencia la salud infantil.
El propósito del grupo de la doctora Camila B. Mistry (Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins, Baltimore, Estados Unidos) fue examinar la relación entre la televisión y resultados de comportamiento y de algunas habilidades a los 5.5 años de edad. Se analizaron los datos recogidos prospectivamente en un estudio previo. La exposición a la televisión fue definida como más de 2 horas al día (a los 30-33 meses y 5.5 años) y su presencia en el dormitorio del niño (5.5 años). A los cinco años y medio, los resultados se evaluaron utilizando encuestas sobre el comportamiento del niño y sus habilidades sociales.
Dieciséis por ciento de los padres divulgaron que su niño miraba más 2 horas de televisión diariamente entre los 30 y los 33 meses, el 15% reportó mas de 2 horas de televisión a los 5.5 años y el 20% señaló que sus hijos miraban más de 2 horas al día tanto a los 2.5 como a los 5.5 años. El 41% de los niños tenía una televisión en su dormitorio a los 5.5 años. En el ajuste de los resultados, la visión constante de televisión estuvo asociada a problemas de comportamiento y la exposición concurrente estuvo ligada a falta de habilidades sociales. Para los niños con muchas horas de televisión sólo en la niñez temprana, no se observó una asociación constante con las evaluaciones del comportamiento o sociales. Los que mantenían televisores en sus habitaciones presentaban más problemas de sueño y menos reactividad emocional a los 5.5 años.
En conclusión, la exposición sostenida es un factor de riesgo para los problemas de comportamiento, mientras que la exposición temprana no presentaría riesgo adicional. Para las habilidades sociales, la exposición concurrente fue más importante que la exposición sostenida o temprana. Considerar estos hábitos es vital para entender las consecuencias de las experiencias precoces e informar sobre las estrategias de prevención.
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