Pediatría
Mejor capacidad aeróbica atenúa el síndrome metabólico infantil
El síndrome metabólico consiste en una agrupación de determinados factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares que incluyen la hipertensión, la dislipemia, la hiperglucemia o resistencia a la insulina y la obesidad. Dependiendo de la definición utilizada para la condición, el 35% al 39% de los adultos en los Estados Unidos padecerían del síndrome metabólico. Habida cuenta de los efectos epidémicos de la obesidad pediátrica y la aparición de la diabetes tipo 2 entre adolescentes, no debe sorprender que también se haya reportado la existencia del síndrome metabólico en niños, niñas y jóvenes. Las estimaciones de las tasas de prevalencia oscilan entre el 5% y un 39% en la población general juvenil y en los adolescentes con sobrepeso, respectivamente.
El propósito de este estudio (Universidad de Carolina del Este, Greenville, Estados Unidos) fue examinar la influencia en los niños del estado físico aeróbico y el índice de masa corporal (IMC) sobre el síndrome metabólico. Un total de 375 niños (193 niñas y 182 niños) con edades de 7 a 9 años fueron clasificados con peso normal, con riesgo de sobrepeso y con sobrepeso sobre la base del IMC y la aptitud aeróbica (alta o baja). Los participantes se tabularon en 6 categorías de IMC. Los niveles de HDL y triglicéridos, un modelo de evaluación de la resistencia a la insulina, la presión arterial media y la circunferencia de la cintura se utilizaron para crear una escala para el síndrome metabólico.
Tanto el IMC y la forma física se asociaron con el síndrome metabólico. Los niños que están en riesgo de sobrepeso y tienen una mejor capacidad física poseen un menor peligro de sufrir el síndrome metabólico en comparación con las personas en situación de riesgo por sobrepeso, niños menos aptos y la puntuación es similar a la de los niños poco aptos y de peso normal. Por otra parte, un alto nivel físico resultó en una menor puntuación del síndrome metabólico en niños con sobrepeso en comparación con los niños con sobrepeso y aptitud baja.
En conclusión, una buena capacidad física puede modificar el impacto del IMC sobre el síndrome metabólico infantil. Incrementar la capacidad aeróbica de los niños podría ser un método eficaz para reducir el riesgo de comorbilidades relacionadas con la obesidad.
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