Cardiología
Mayor riesgo de síndrome coronario agudo en obesos
El sobrepeso y obesidad están aumentando en la mayoría de los países industrializados. Un alto riesgo de enfermedades coronarias es uno de los efectos adversos bien establecidos para la salud que se han asociado a tales condiciones. La hipertensión arterial, hipercolesterolemia y la diabetes están entre las alteraciones clínicas más importantes como mediadores de esta relación. Además, si la actividad física reduce el impacto de la obesidad sobre el riesgo de eventos coronarios agudos es una cuestión muy controvertida. Sin embargo, poco se sabe acerca de la función de otros posibles factores modificables relacionados con los estilos de vida en combinación con el sobrepeso y la obesidad.
Majken K. Jensen y colegas del Departamento de Epidemiología Clínica del Hospital Universitario de Aarhus, Aalborg, Dinamarca, estudiaron a 54783 hombres y mujeres entre 50 y 64 años de edad (de 1993 a 1997) y libres de enfermedad de la arteria coronaria y cáncer.
Durante un promedio de 7.7 años, se produjeron 1127 casos de síndrome coronario agudo (SCA). Después del ajuste estadístico, cada unidad de índice de masa corporal se asoció con un 5% y 7% de riesgo entre mujeres y hombres, respectivamente (P < 0.0001). El sobrepeso (índice de masa corporal, entre 25 y 29.9 kg/m2) y la obesidad (índice de masa corporal igual o mayor a 30 kg/m2) se relacionaron con un riesgo más alto de SCA en personas físicamente activas e inactivas, en fumadores y no fumadores, y entre los que se adhirieron más o menos a un patrón de dieta saludable. Las personas obesas que estaban activas tenían un menor riesgo en comparación a las sedentarias obesas. Además, los no fumadores obesos tuvieron un menor riesgo que los fumadores obesos. La adhesión a una dieta saludable se asoció con un menor peligro de SCA, sin embargo, el riesgo relativo no fue diferente entre individuos obesos con dietas más saludables frente a individuos obesos con dietas menos saludable.
En conclusión, la obesidad confiere un elevado riesgo de SCA en subgrupos de individuos sanos y menos sanos. La adhesión a un hábito de vida saludable se asoció con un menor riesgo, incluso entre personas obesas.
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