Nutrición
La dieta puede reducir el riesgo de Alzheimer
Aumenta rápidamente la evidencia epidemiológica que relaciona a la dieta, uno de los factores ambientales modificables más importantes, con el riesgo de Alzheimer (EA). Sin embargo, la literatura actual sobre el impacto ciertos nutrientes o alimentos en la EA no es coherente, en parte porque los seres humanos ingieren complejas combinaciones que pueden ser sinérgicas. Pero, mediante un enfoque alternativo, en los últimos años ha surgido el análisis del patrón dietario (PD).
Nikolaos Scarmeas y colaboradores de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, evaluaron la asociación entre la combinación de alimentos y la enfermedad de Alzheimer a través de un estudio prospectivo de cohorte. Doscientos cuarenta y ocho mil sujetos mayores de 65 años y sin demencia proporcionaron información dietética y se analizaron prospectivamente con medidas neurológicas y neuropsicológicas estandarizadas cada 1,5 años. Mediante una regresión de rango reducido, se obtuvieron los patrones de dieta en base a su capacidad para explicar la variación de 7 nutrientes relacionados potencialmente con la EA: los ácidos grasos saturados, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos poliinsaturados omega-3, ácidos grasos poliinsaturados omega-6, vitamina E, vitamina B12 y ácido fólico.
Doscientos cincuenta y tres sujetos desarrollaron la condición durante un seguimiento de 3,9 años. Se identificó un PD fuertemente asociado con un menor riesgo de Alzheimer: en comparación con los sujetos del tercil inferior de adhesión a este patrón, el cociente de riesgo (intervalo de confianza del 95%) para los sujetos del tercil más alto fue de 0,62 (0,43-0,89) después del ajuste multivariable (P para la tendencia = 0.01). Este patrón se caracterizó por un mayor consumo de aderezos para ensaladas, nueces, pescados, tomates, pollo, vegetales crucíferos, frutas y vegetales de hojas verdes oscuras; y una menor ingesta de productos lácteos ricos en grasa, carnes rojas, vísceras y mantequilla.
Se concluye que algunos nutrientes potencialmente relacionados con el Alzheimer y varios grupos de alimentos pueden ayudar a identificar combinaciones de alimentos que se asocian con la enfermedad.
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