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capítulo 3: Nutrición

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Proteínas

Los niños gravemente enfermos requieren mayor aporte proteico, el objetivo es entregar

sustrato para síntesis proteica, función inmunológica y reparación tisular. ESPGHAN recomienda

hasta 3 g/Kg/día en niños críticamente enfermos de 3 a 12 años. ASPEN recomienda:

- 0-2 años: 2-3 g/kg/día.

- 2-13 años: 1,5-2 g/kg/día.

- 13-18 años: 1,5 g/kg/día.

La síntesis proteica requiere cantidades adecuadas de energía no proteica. El objetivo es lograr

una relación de aporte proteico y calorías no proteicas adecuada para que no se utilice proteína

como energía sino para los objetivos ya enunciados, correspondiendo a un P% 12-15 ajustado

según balance nitrogenado.

Carbohidratos

Fuente primaria de energía para cerebro, eritrocitos y riñón. Aportan 50-55% del total de

energía. En el EM su suministro no detiene la gluconeogénesis y aportada en exceso, inhibe la

oxidación de grasas estimulando lipogénesis, acumulación de grasa tisular, esteatosis hepática e

hiperglicemia, estimula producción excesiva de CO

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aumentando trabajo respiratorio y se asocia

a hiperosmolaridad y diuresis osmótica. En niños gravemente enfermos, evitar cargas de glucosa

sobre el doble de lo normal e idealmente limitarse a 5 mg/kg/min (7,2 g/kg/día). En todos los

pacientes la concentración de glucosa debería mantenerse < 180 mg/dl y evitar hipoglicemia.

Lípidos

Principal fuente de energía en niños con EM. Representa el 30% del requerimiento energético.

Debido a la mayor demanda de uso de lípidos en enfermedades críticas, junto con las limitadas

reservas de grasa en el paciente pediátrico, existe susceptibilidad a la deficiencia de ácidos grasos

esenciales. Con nutrición parenteral se comienza con un aporte de 0,5-1 g/kg/día y en general no

exceder de 3 g/kg/día en lactantes y 1,5-2 g/kg/día en niños mayores. Monitorizar triglicéridos (con

cada aumento de dosis y semanalmente una vez alcanzada la dosis máxima). En pacientes que

reciben Nutrición Parenteral y cursan con hipertrigliceridemia (> 250 mg/dl en lactantes y > 400

mg/dl en niños mayores) es necesario ajustarlos a no más de 0,5-1 g/kg/día.

Inmunonutrición

En estudio sus potenciales beneficios clínicos en pediatría. En base a los datos disponibles, no

se recomienda el uso de inmunonutrientes en niños críticamente enfermos.

Vía de alimentación

La vía enteral es de elección en los niños gravemente enfermos con tracto gastrointestinal (GI)

funcionante. Se recomienda identificar y prevenir interrupciones evitables.

- Siempre que sea posible la nutrición enteral, mantener un estímulo trófico para conservar

funciones fisiológicas de la mucosa: suministro de nutrientes en cantidad de 0,5-1 ml/kg/min.

- No hay datos suficientes para recomendar un sitio enteral más apropiado (gástrico

vs

pospi-

lórico/transpilórico). La alimentación pospilórica puede considerarse en niños con alto riesgo

de aspiración o en aquellos que no han tolerado la alimentación gástrica.

- No existe evidencia que valide la medición de residuos gástricos como método para evaluación

de tolerancia gástrica.

- La vía parenteral está indicada cuando la alimentación a través del tracto GI es imposible

(inestabilidad hemodinámica, obstrucción intestinal, riesgo de isquemia intestinal) o los reque-

rimientos energéticos totales no pueden ser proporcionados exclusivamente por la nutrición

enteral. Debe sustituirse por la alimentación enteral lo más rápidamente posible.