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GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN PEDIATRÍA

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Micronutrientes

Aunque para los niños con PC no existen recomendaciones con respecto a la ingesta de

micronutrientes, su estado debe evaluarse individualmente siempre, según la alimentación pla-

nificada, fármacos utilizados y comorbilidades. Esta valoración debe ser más acuciosa en caso de

desnutrición, para poder optimizar sus funciones.

Los principales micronutrientes en déficit en PC son hierro, folatos, niacina, calcio, fibra y

vitaminas E y D. Los niveles de zinc y carnitina son particularmente importantes en el niño que

toma ácido valproico. Si son bajos, deben suplementarse, pero no hay claridad respecto hasta

qué punto los niveles séricos reflejan las reservas corporales. Especial énfasis reviste la vitamina

D, ya que estamos frente a un grupo de pacientes que presentan menor exposición solar y, por

lo general, usan fármacos anticonvulsivantes que interfieren con su metabolismo, por lo que se

sugiere medir concentraciones de 25-hidroxi vitamina D y suplementar en forma permanente con

800-1.000 UI/día, ajustando de acuerdo a valores plasmáticos.

Hidratación

La PC y una deficiente función oral motora (babeo debido al inadecuado cierre de labios y a la

disfunción en la deglución) parecen ser factores de riesgo de deshidratación. Se ha visto que hasta

el 38% de niños con PC grave podría presentar algún grado de deshidratación. Además, niveles

reducidos de ingesta de líquidos podrían aumentar el riesgo de estreñimiento.

Laboratorio

Debe orientarse según diagnósticos de base, fármacos en uso, grado de exposición solar y

nutrientes recibidos. Además, se recomienda que, en malnutrición por exceso en niños PC, deben

medirse perfil lipídico y presión arterial, ya que se han encontrado alteraciones similares a las

reportadas en población normal.

Valorar individualmente las necesidades de energía y proteínas de cada niño proporciona un

punto de partida útil, pero se necesita una evaluación y seguimiento regulares para asegurar que

está recibiendo la nutrición adecuada para apoyar su crecimiento óptimo, ya que existe un alto

riesgo de que los niños PC sufran desnutrición, especialmente si está acompañada por algún grado

de disfunción orofaríngea o de deterioro grave de la motricidad gruesa. Por eso es importante

identificar tempranamente cualquier posible dificultad en la alimentación, ya que no sólo puede

afectar el estado nutricional del niño, sino también impactar negativamente en su salud, grado

de interacción social, comportamiento y desarrollo.

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