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Neumol Pediatr 2015; 10 (4): 155 - 159

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl

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Historia natural de la tuberculosis. Fisiopatogenia de la infección y la enfermedad en el niño

existido en la historia a pesar de ser inmóvil, de crecimiento

lento, sin vectores o reservorios animales muy eficientes,

carecer de esporas, endotoxinas o enzimas histolíticas; además

es dependiente del aire para transmitirse (sobrevive pocas horas

al sol y la ventilación). La potencialidad de lesionar se debe a

tres factores: capacidad de enfermar a través de toda la vida

del huésped, habilidad de producir enfermedad pulmonar y

diseminarse por tos y el hecho de no inmovilizar al huésped

ni producirle necesariamente la muerte. A su patogenicidad

también contribuyen la alta densidad poblacional humana, las

precarias condiciones de vida y el debilitamiento del huésped

(3).

El M. tuberculosis infecta sin ser dominado fácilmente

por los mecanismos de defensa debido a su pared lipídica

(ácidos micólicos) que lo hace resistente a antibióticos usuales

y le confieren las propiedades de tinción (retienen coloración

roja al tratarlos con ácido-alcohol, técnica de Ziehl Nielsen).

Es resistente al frío, la desecación y la congelación y sensible

a la luz solar directa, la ventilación y el calor húmedo y es

destruido por la pasteurización (>80°C). Es aerobio estricto,

se multiplica cada 20 horas en lesiones con suficiente O2 y

pH de 7,4 (por ejemplo en cavernas) pero puede sobrevivir en

ambientes anaerobios en donde queda en estado durmiente con

escasa actividad durante años o décadas; esta adaptabilidad al

medio externo mantiene la endemia pues los sanos infectados

constituyen un reservorio; la multiplicación lenta del bacilo

origina manifestaciones inespecíficas que originan consultas

tardías, perpetuando la transmisión (4).

El Mycobacterium tuberculosis puede afectar varias

especies animales pero en el humano es endémico y se perpetúa

como patógeno.

La patogenicidad y capacidad de infectar y enfermar

del BK, se relacionan con su virulencia y habilidad de eludir la

destrucción por los macrófagos no sensibilizados al iniciar la

infección así como a la inducción de hipersensibilidad celular

retardada.

MEDIO AMBIENTE Y FACTORES DE RIESGO SOCIALES,

ECONÓMICOS Y CULTURALES

La TB ocasiona aún gran morbilidad y mortalidad; en

muchas regiones del mundo es endémica, en algunas epidémica;

afecta a los más pobres en países de bajos recursos y a quienes

están en condiciones de pobreza en paises desarrollados (5).

Afecta directamente a los niños y sus familias haciéndose más

vulnerables cuanto más haya precariedad socio-económica y de

sus condiciones de vida (vivienda, hacinamiento, alimentación);

incrementan el riesgo el desplazamiento por conflictos bélicos y

la explotación infantil.

La ausencia y baja cobertura de inmunización con

BCG, la coinfección TB/VIH, la resistencia a medicamentos, la

inmunosupresión y enfermedades de base, han aumentado la

susceptibilidad de los niños en quienes la TB es reflejo de la

prevalencia en adultos y evento centinela que indica transmisión

reciente y progresiva del BK.

Según OMS/OPS, los mayores factores de riesgo en

niños para infectarse, enfermar o tener una progresión grave,

son:

- Contacto intradomiciliario frecuente con bacilíferos

- Edad inferior a cinco años

- Coinfección con VIH

- Desnutrición grave

Hay poblaciones en mayores condiciones de

vulnerabilidad: los indígenas y afroamericanos marginados e

igualmente los desplazados y los habitantes de calle (6). Aunque

todos estos factores son trascendentes, no se puede olvidar

que todos los niños son susceptibles pues no tienen inmunidad

innata.

El desconocimiento de la situación real de la enfermedad

y sus riesgos, la insuficiente detección de sintomáticos

respiratorios, infectados y enfermos y los tratamientos

inadecuados, contribuyen al aumento de la exposición al bacilo y

a que no se corte la cadena de transmisión. En varios países de

Latinoamérica hay niños no registrados oficialmente ni cobijados

por ningún sistema de salud y no se benefician de actividades

de saneamiento, educación, prevención o vacunación. En TB, los

condicionantes y la enfermedad actúan en doble sentido: sus

determinantes hacen perder factores protectores y empeoran

los de riesgo produciéndose la patología; a su vez, ésta

desencadena eventos que deterioran más el estado precario

de salud y de forma de vida. Alguien carente de recursos,

desnutrido y enfermo, va a agravar todos los componentes de

la enfermedad misma: deterioro de las condiciones de vida

material, desempleo, desnutrición, etc. y se crea un nefasto

círculo vicioso. Se suma el estigma social que aún pesa sobre

los enfermos quienes por miedo al rechazo, la discriminación

y el marginamiento, consultan tardíamente, permanecen sin

diagnóstico o no son beneficiarios de ninguna actividad de apoyo

(7).

Siempre se ha considerado que la TB es una

“enfermedad de la pobreza” y aunque es una entidad infecto-

contagiosa, se reconoce planamente que las condiciones socio-

económicas, culturales y ambientales y la exclusión social en las

que viven las poblaciones vulnerables, favorecen su ocurrencia

(8). En regiones donde hay menos recursos y poco acceso a la

atención hay mayor número de casos, más patologías que aplazan

el diagnóstico, dificultades para comprobarlo y se subestima la

carga de la enfermedad; no conocemos con precisión el número

de casos reales en regiones donde el problema es mayor (9).

Por ser el estado de salud y bienestar de los niños dependiente

de la familia y en especial de las madres, conviene recordar

que en muchos paises su salud es bastante precaria; se estima

que en el mundo hay 2.900.000 casos de TB en mujeres, con

mortalidad de 410.000 (10), hecho que conlleva consecuencias

graves: orfandad, pobreza, abandono, etc (11).

HUÉSPED

La genética del bacilo define la capacidad de infección

o enfermedad; las características genéticas del huésped

también determinan la eficiencia de movilización de las defensas

y de respuesta adecuada. El papel del genotipo y fenotipo para

infectarse o enfermar o no con el BK está en estudio. Habría genes

programados para regular la resistencia natural, la actividad

macrofágica, la presentación de antígenos, la producción de

ácido nítrico, de vitamina D como inmunoregulador, la modulación