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Neumol Pediatr 2015; 10 (4): 160 - 168

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Tuberculosis extrapulmonar en niños

TUBERCULOSIS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

La TB del sistema nervioso central es la complicación

más grave de esta enfermedad, pues causa alta morbilidad y

mortalidad (3,10,17,19,20). Es la causa más común de meningitis

subaguda en países en vías de desarrollo, además aparece como

complicación de la TB miliar hasta en 50% de los casos, pues los

tubérculos o foco caseoso de Rich liberan el bacilo directamente

de las meninges al espacio subaracnoideo; se presenta más

comúnmente 2 a 6 meses luego de la infección primaria, sucediendo

en aproximadamente la mitad de los pacientes menores de dos

años (10, 16). La manifestación más común de la tuberculosis del

sistema nervioso central es la meningitis hasta en 95% de los casos

(Figura 2). Los tuberculomas (Figura 3) ocurren en alrededor de 5%

y los abscesos cerebrales en menos del 1% (13, 16).

El daño cerebral es debido a los efectos combinados de

la elevación de la presión intracraneana causada por la hidrocefalia

obstructiva y a la injuria isquémica cerebral resultante de la

periarteritis. (10,19)

La descripción clásica de Lincoln refiere que la

tuberculosis meníngea se manifiesta clínicamente en tres estadíos.

El primero con síntomas constitucionales inespecíficos como

hiporexia, cefalea, náuseas, cambios en la personalidad, irritabilidad

y fiebre; en el segundo se encuentra compromiso de pares

craneanos (III,VI y VII principalmente), convulsiones, opistótonos y

signos meníngeos y en el tercero hay notoria alteración del estado

de conciencia, signos de hipertensión endocraneana y hasta muerte

(16,21,22).

Para hacer el diagnóstico, se debe tener en cuenta el antecedente

epidemiológico de contacto con un paciente con tuberculosis, la

sospecha clínica, la prueba de tuberculina positiva en cerca de

la mitad de los casos, el estudio citoquímico y bacteriológico del

líquido cefalorraquídeo (LCR), que se caracteriza por presencia

de pleocitosis linfomonocitaria, hipoglucorraquia, elevación de las

proteínas y aumento de la Adenosina desaminasa (ADA) > 5U/L,

con resultados variables de obtención de la micobacteria por

baciloscopia directa o por cultivo; los nuevos métodos de detección

de ADN de la micobacteria por técnicas de PCR; las imágenes

diagnósticas como radiografía de tórax con hallazgos como

adenomegalias mediastinales, infiltrados alveolares y miliares, la

tomografía o resonancia cerebral que demuestran hidrocefalia en la

mayoría de los casos, además realce basilar y meníngeo, zonas de

isquemia, calcificaciones, tuberculomas y absceso cerebral según

sea el caso (3,8,10,16,22-24).

Es una enfermedad muy agresiva, pues a pesar del

diagnóstico precoz y el óptimo tratamiento, entre el 15-32% de los

afectados mueren y aproximadamente el 80% de los sobrevivientes

tendrán secuelas neurológicas (ceguera, sordera, paraplejía,

diabetes insípida, retraso mental, alteración en el desarrollo cognitivo

y motor, déficit de atención e hiperactividad), especialmente cuando

ocurre en menores de dos años (19,25,26).

Se mencionan como factores de mal pronóstico para

meningitis tuberculosa los siguientes: edad menor de tres años,

inmunosupresión, ausencia de inmunización con BCG, mayor

gravedad clínica (estadíos avanzados con presencia de coma,

compromiso de nervios craneanos, hemiplejía, convulsiones),

escasa o nula reactividad a la prueba de tuberculina, alteraciones

significativas del LCR especialmente elevadas concentraciones de

proteínas, infecciones por micobacterias multirresistentes, retraso

diagnóstico y terapéutico, signo de Babinski positivo, alteraciones

cerebrales evidenciadas en la tomografía o la resonancia magnética

cerebral (3,7,22,27,28).

TUBERCULOSIS PLEURAL O PLEURESÍA TUBERCULOSA

La tuberculosis pleural, al igual que la ganglionar,

mediastínica o hiliar, aunque hay discusiones, es considerada una

forma de tuberculosis extrapulmonar intratorácica, siempre que

no haya alteraciones radiológicas en los pulmones (7,29). En los

países con alta prevalencia y endemia de TB, es la presentación

más frecuente de TB extrapulmonar en adultos; en niños menores

de cinco años es inusual y comienza a ocurrir con más frecuencia

en los adolescentes (16,30-32).

Es la consecuencia de la rotura de una lesión tuberculosa

subpleural que provoca una reacción inflamatoria dependiente de los

linfocitos T. El derrame pleural es de tipo exudativo y guarda relación

con una reacción de hipersensibilidad tardía a Mycobacterium

tuberculosis. Un bajo número de bacilos tuberculosos genera

una reacción granulomatosa. La pleura puede contaminarse por

contigüidad con la lesión pulmonar, por rotura de un ganglio linfático

o por vía hemática (30).

Los síntomas más frecuentemente encontrados son

fiebre, tos, dolor torácico, debilidad, pérdida de peso y dificultad

respiratoria (10,16,31,32).

La toracentesis es esencial como procedimiento diagnóstico. El

estudio del líquido pleural obtenido revela altos niveles de proteínas,

elevación de la Deshidrogenasa Láctica (DHL), baja concentración

Figura 2.

Tuberculosis meníngea estadío 2. Lactante de 6 meses.

(Archivo personal del autor)

Figura 3.

Tuberculoma cerebral. Resonancia niño 3 años.

(Archivo personal del autor)