

Neumol Pediatr 2015; 10 (4): 160 - 168
C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl
165
Tuberculosis extrapulmonar en niños
Los rasgos clínicos y paraclínicos son diversos e
incluyen piuria abacteriana (49), hidronefrosis unilateral, (16)
hematuria, disuria, y dolor abdominal o en un flanco; hay
presentaciones menos frecuentes como estenosis ureterales
segmentarias o múltiples, falla renal aguda, cálculos, pionefrosis
y epidídimo-orquitis. Los urocultivos son positivos en un 80-90%
de los casos y la prueba de tuberculina es negativa hasta en un
20% de los pacientes. La PCR para mycobacterium tuberculosis
es muy útil; otros exámenes como ecografía de riñón y vías
urinarias, radiografía simple de abdomen, TAC renal, cistografía,
pueden aportar algunos datos anatómicos que inciden en el
tratamiento del paciente (3,10,31,47).
La TB genitourinaria en los niños puede evolucionar
hacia insuficiencia renal, uropatía obstructiva e infertilidad
a largo plazo, e allí la importancia del diagnóstico y manejo
oportunos (3,49).
TUBERCULOSIS OFTÁLMICA
El compromiso ocular en pacientes con TB es
infrecuente, pero sucede más en lactantes y niños que en
adultos. Se puede afectar cualquier parte del ojo desde los
párpados hasta el nervio óptico y se manifiesta de diferentes
formas clínicas. El tracto uveal, la coroides y ocasionalmente
el iris son los más involucrados. El compromiso de la retina
se puede presentar con lesiones exudativas o como vasculitis
centrales o periféricas (3,10).
La órbita puede verse afectada por diseminación hematógena
o por extensión desde estructuras adyacentes como los senos
paranasales. El compromiso preseptal o del párpado puede ser
una forma de presentación de la TB y es más frecuente en niños
que en adultos, al igual que la enfermedad en las conjuntivas
(3,10). También se puede asociar con uveítis. La panoftalmitis
tuberculosa se caracteriza por ausencia de dolor, presencia de
nódulos dentro del globo ocular y perforación espontánea. El
compromiso del nervio óptico se presenta como un tubérculo
solitario en niños y jóvenes (3,10).
Las manifestaciones oculares de la TB pueden ser causadas por
la acción directa del microorganismo en el tejido ocular o por
una reacción inmunológica de hipersensibilidad retardada tipo IV
a componentes antigénicos de la micobacteria, en ausencia del
agente infeccioso; puede ser primaria o secundaria (3).
El diagnóstico es principalmente clínico y se hace de manera
definitiva con la detección del bacilo tuberculoso en fluidos o
tejidos. Otros métodos como el examen directo, el cultivo, la
anatomía patológica y la PCR, resultan de utilidad (3).
TUBERCULOSIS CUTÁNEA
La TB cutánea representa el 15% de los casos de TB
extrapulmonar en el mundo y el 1-2% en los niños; en años
recientes se ha observado una tendencia creciente de esta
enfermedad (10,30).
La TB cutánea generalmente aparece en las
extremidades inferiores y la cara de los niños, relacionada
con traumatismos, es de naturaleza papular parduzca, con
linfadenopatía regional indolora; la prueba de tuberculina se
hace positiva durante el curso de la enfermedad y la biopsia
puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico.
Cuando la inoculación es exógena, aparecen
lesiones únicas y unilaterales como la TB ulcerosa o chancro
tuberculoso y la verrugosa. Si la reinoculación es endógena, las
lesiones usualmente son bilaterales y múltiples como sucede
en la escrofulodermia y el lupus vulgar. La escrofulodermia o
escrófula es la forma más comúnmente vista en pediatría,
a menudo involucra un absceso frío en el grupo cervical de
ganglios linfáticos con la formación de trayectos fistulosos
hasta la piel, seguido por el compromiso de ganglios inguinales,
submandibulares y grupos axilares (10,30).
TUBERCULOSIS CONGÉNITA
Es poco frecuente. La contaminación prenatal se
produce por vía hemática a través de la placenta, directamente
por la vena umbilical hasta el hígado fetal (3,5,11).
También puede ser secundaria a la broncoaspiración o ingestión
de líquido amniótico o de una infección del tracto genital
(5,11,30).
El primer foco de infección se desarrolla en el hígado,
con lesión de los ganglios periportales, y después el bacilo
tuberculoso se disemina hacia los pulmones y otros órganos.
En el nacimiento, los signos clínicos son inespecíficos. Aparecen
a las 2-3 semanas de vida y son muy difíciles de distinguir
de las otras causas de infección neonatal, ya que asocian
hepatoesplenomegalia, dificultad respiratoria, adenopatías y
fiebre (11,30)
Los cinco criterios establecidos por Cantwell y
colaboradores siguen siendo válidos: demostración de un
complejo primario granulomatoso mediante una biopsia hepática
tras el nacimiento; infección tuberculosa de la placenta;
tuberculosis del tracto genital femenino; lesiones desde la
primera semana de vida; exclusión de una transmisión posnatal,
sea cual sea el modo de contaminación (3,11,30,50).
OTRAS MANIFESTACIONES DE TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR
EN NIÑOS
La tuberculosis de oído es muy rara, al igual que
la mastoiditis; se describe también el compromiso faríngeo y
laríngeo, la tuberculosis muscular y la enfermedad en la tiroides,
entre otras (5,10, 30,51).
TRATAMENTO DE LA TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR
Los principios u objetivos del tratamiento de la
tuberculosis en los niños son: curar la enfermedad, prevenir
la mortalidad y sus secuelas, prevenir las recaídas, prevenir
el desarrollo y la transmisión de la TB multidrogorresistente,
reducir la transmisión de la TB y obtener todo lo anterior con
mínimos efectos tóxicos (8).
Para el manejo de la tuberculosis en general, se
debe contar con un equipo multidisciplinario que garantice
el suministro supervisado completo de los medicamentos,
la adherencia al manejo antifímico, la intervención sobre las
condiciones biopsicosociales adversas según sea el caso, el