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El estado epiléptico convulsivo (EEC), es una emergencia médica que pone en riesgo vital a la
persona, requiriendo un reconocimiento y tratamiento rápido. La incidencia en niños es de 10 a 50
por 100.000 al año. En niños con epilepsia entre un 9,5-27% presentan un EEC. El EEC tiene una
distribución bimodal, con las tasas más altas durante el primer año de vida y después de los 60 años.
Un estatus epiléptico se define como una convulsión prolongada de 30 minutos de duración o
convulsiones recurrentes, sin recuperación de conciencia entre ellas, que duran más de 30 minu-
tos. Sin embargo, frente a esta definicion de consenso hay evidencias, tanto en modelos animales
como clinicos, acerca de la existencia de dano neuronal antes de los 30 minutos de establecida la
condicion. Por esta razon, Lowenstein ha propuesto reemplazar los criterios previos por otros mas
precoces y definir
estatus epiléptico generalizado convulsivo
, como una crisis generalizadas
de más de 5 minutos de duracion, o dos o mas crisis entre las cuales el paciente no recupere la
conciencia plenamente.
Se define como estatus epiléptico refractario a una crisis convulsiva que dure más de 60 mi-
nutos, pese al tratamiento adecuado con 2 fármacos antiepilépticos de 1ª y 2ª línea.
La presentación clínica se caracteriza por compromiso de conciencia y componentes motores
prominentes (episodios de contracciones musculares excesivas anormales, generalmente bilate-
rales, que pueden ser interrumpidas o mantenidas). El estatus epiléptico se clasifica según el tipo
de crisis, en focales o generalizadas.
La etiología puede ser aguda sintomática, febril, idiopática o probablemente sintomática. Las
causas sintomáticas agudas más frecuentes son infecciosas, alteraciones metabólicas, tóxicos,
abuso de sustancias, accidente cerebrovascular (ACV), traumatismo encefalocraneano (TEC),
hipoxia y tumores cerebrales.
En pacientes con antecedentes de epilepsia, la suspensión brusca o el cambio de fármacos
antiepilépticos son causas frecuentes de EE. No se puede encontrar una causa precipitante en un
10-30% de los pacientes, sobre todo en pacientes con epilepsias previas.
Operacionalmente, los protocolos de tratamiento se inician a los
5 minutos
, para minimizar
el riesgo de estatus.
La duración del estatus epiléptico convulsivo es un factor pronóstico determinante y, por tanto,
la rapidez con que se instaura el tratamiento y su eficacia son muy importantes. Existe evidencia
que a mayor duración del EEC, peor pronóstico y respuesta al tratamiento. Está demostrado que a
medida que la crisis convulsiva se mantiene, las drogas GABAérgicas son menos efectivas, porque
se produce una internalización de los receptores GABA. A mayor duración es más difícil responder
a las demandas metabólicas del cerebro y pueden aparecer diferentes complicaciones sistémicas y
neurológicas. La pérdida de autorregulación sistémica lleva a complicaciones como hipotensión,
hipoglicemia, acidosis metabólica, hiperpirexia y falla respiratoria. Además, se ha demostrado que
la actividad neuronal epiléptica prolongada produce daño neuronal.
Ante la sospecha de estatus convulsivo el tratamiento debe iniciarse de forma inmediata sin
esperar resultados de pruebas complementarias.
Tras estos primeros pasos será crucial la identificación de la etiología y su tratamiento específi-
co. Para ello pueden ser necesarios estudios complementarios como pruebas de imagen cerebral,
analítica, toxicología, punción lumbar, etc.
Tratamiento
Se inicia con las medidas de soporte vital, aplicables a todo paciente con compromiso de
conciencia. Inmediatamente después, el objetivo es detener la crisis con fármacos e identificar
y tratar la causa o factor desencadenante, corregir las complicaciones sistémicas y prevenir las
recurrencias.
Estatus epiléptico convulsivo
Scarlett Witting E.
CAPÍTULO 18